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Manejo nutricional de la pancreatitis felina
Agustín Fernández Velasco
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El alimento indicado en estos casos debe ser altamente digestible y no estimular la secreción de enzimas pancreáticas. Para ello se requiere un nivel moderado de hidratos de carbono, proteína de muy alta calidad y un aporte moderado de grasa.
La pancreatitis felina es una patología que puede manifestarse clínicamente de forma inespecífica y, por tanto, puede pasar desapercibida. Se acompaña frecuentemente de enfermedades concurrentes en otros sistemas de órganos. Las comorbilidades incluyen lipidosis hepática, enfermedad hepática inflamatoria, obstrucción del conducto biliar, diabetes mellitus, enfermedad inflamatoria intestinal, deficiencia de vitaminas (B12/ cobalamina, folato o K), linfoma intestinal, nefritis, tromboembolismo pulmonar y derrames pleurales y peritoneales. Se utiliza el término “triaditis” para describir la inflamación conjunta del páncreas, el hígado y el intestino delgado. Aparece en el 50 %-56 % de los gatos diagnosticados con pancreatitis y en el 32 %-50 % de aquellos con colangitis/enfermedad hepática inflamatoria1.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se basa en la combinación de los signos, los resultados de las pruebas de laboratorio y la ecografía. Un manejo adecuado y precoz puede conseguir una mayor tasa de recuperación. Esto conlleva la administración de los fármacos necesarios (analgésicos y antibióticos), y el soporte nutricional adecuado con una dieta especialmente diseñada utilizando, siempre que sea posible, la vía enteral.
Elección de la dieta adecuada
Una característica fundamental del alimento indicado en el tratamiento de la pancreatitis es que sea altamente digestible.
Debido a las mayores necesidades proteicas de los gatos, la dieta de estos pacientes debe ser alta en proteínas2. Esto implica una mayor sensibilidad de pérdida de masa muscular durante periodos de anorexia, lo que se debe evitar en la medida de lo posible. En caso de anorexia, el aporte de ciertos aminoácidos, como la arginina y la metionina, puede estar disminuido. Esto puede dar lugar al desarrollo de lipidosis hepática, al ser estos aminoácidos esenciales para formar apolipoproteínas que contribuyen a la redistribución de la grasa hepática hacia otros órganos. Cada vez hay una mayor evidencia de que otros nutrientes, como la glutamina, el triptófano y los ácidos grasos, pueden estar implicados en la regulación de mecanismos inflamatorios e inmunomediados. Se ha observado que la suplementación con estos nutrientes clave está asociada a una menor duración de la hospitalización y a un menor porcentaje de infecciones3.
En la elección de la dieta es importante señalar que los gatos son capaces de digerir grandes cantidades de grasa y, actualmente, no hay evidencias de que esté indicada una alta restricción de las grasas en gatos con pancreatitis. En el hombre o en el perro se recomienda reducir el contenido lipídico para disminuir la estimulación del páncreas, pero esto es menos importante en el gato que, al ser un carnívoro estricto, necesita un porcentaje de grasa más elevado, por lo que la pancreatitis felina no evoluciona de manera diferente si la alimentación es pobre en materia grasa. Algunas dietas bajas en grasa son también bajas en energía y altas en fibra, formuladas para la pérdida de peso en animales obesos. Estas dietas no son apropiadas para los pacientes críticos que se están recuperando de una pancreatitis y, por lo tanto, están contraindicadas en gatos enfermos anoréxicos.
Lo recomendable es un alimento completo y equilibrado, altamente palatable y con un contenido moderadamente alto en materia grasa para los gatos. Las proteínas deben ser de buena calidad y en cantidad suficiente como para cubrir las necesidades de mantenimiento y de regeneración de los tejidos. Pero, al mismo tiempo, para reducir al mínimo la estimulación pancreática por los péptidos, el alimento no debe tener un contenido en proteínas extremadamente elevado.
Estimulación de la secreción pancreática
La secreción de las enzimas pancreáticas está estimulada por diversas hormonas gastrointestinales incluyendo la gastrina, la secretina y la colecistoquinina (CKK). Estudios en gatos y perros han confirmado que la CCK y la gastrina están implicadas en la estimulación de la secreción enzimática pancreática, siendo la CKK el estimulador más potente de las secreciones pancreáticas. Los hidratos de carbono parecen tener una débil capacidad de estimular la liberación de la CCK y, por tanto, de la secreción enzimática. Sin embargo, la proteína y la grasa son estimulantes más potentes de la secreción pancreática y es más probable que favorezcan una recaída.
Tradicionalmente se ha considerado el ayuno absoluto (2-3 días para no estimular la secreción pancreática exocrina), como la clave en el tratamiento de la pancreatitis aguda. Actualmente se dispone de estudios que contradicen este enfoque y que incluso indican que el ayuno, más que beneficioso, puede llegar a ser contraproducente, especialmente en gatos con alto riesgo de lipidosis hepática con ayunas de más de 48 h4.
Importancia de la nutrición
Es bien sabido que el tracto gastrointestinal desempeña un importante papel en las enfermedades críticas y que, siempre que sea posible, es preferible la nutrición enteral frente a la parenteral. La ausencia de nutrición enteral puede dar lugar a una disminución de la motilidad gastrointestinal, así como a alteraciones morfológicas de la anatomía del tracto intestinal, como la atrofia de las vellosidades intestinales. Estas alteraciones se han asociado con un mayor índice de traslocación bacteriana y de presencia de endotoxinas en sangre periférica. Por tanto, el soporte nutricional enteral precoz es importante en cualquier gato con anorexia y, especialmente, en caso de sospecha de pancreatitis. De hecho, como la mayoría de los gatos en el momento de la consulta ya presentan anorexia de varios días de duración, la nutrición enteral se debe instaurar tan pronto como sea posible; únicamente está contraindicada cuando el gato presenta vómitos no controlados, en cuyo caso se debe intentar su manejo con antieméticos. [...]
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