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Inseminación intra-uterina en el perro usando el catéter trans-cervical escandinavo y comparación con otros métodos
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Introducción
El interés por la preservación e inseminación artificial (IA) de semen canino está aumentando en todo el mundo, pero comparativamente pocos estudios se publican cada año en esta área, y es particularmente difícil encontrar datos de IA usando semen fresco, o semen preservado de acuerdo a varios métodos de enfriado o congelado y descongelado, y también comparando resultados cuando se usan diferentes técnicas para realizar las inseminaciones. Una razón para la escasez de datos es que resulta caro hacer estudios experimentales en perros, y pocos centros de investigación pueden tener colonias de perros suficientemente grandes para esta clase de estudios. Otra razón es que muchas de las grandes compañías que procesan y distribuyen semen canino a los criadores trabajan exclusivamente con un propósito comercial, y no obstante que algunos de ellos llevan los datos de sus resultados, ni estos resultados ni la composición de los diluyentes ni los métodos de preservación del semen son revelados. Por lo tanto, cualquier conocimiento generado permanecerá en las diferentes compañías, y no será de beneficio ni al mundo científico, ni a los criadores de perros en general
Los únicos estudios de inseminación artificial en caninos que reportan resultados de fertilidad de un número grande de inseminaciones son los de Seager y col., [1] en 156 IAs con semen congelado-descongelado usando la deposición vaginal; Linde-Fosberg y Fosberg [2,3] en 470 y 527 IAs respectivamente, usando tanto semen fresco, enfriado-diluido y congelado-descongelado por vía vaginal o intra-uterina; Linde-Fosberg y col., [4] en 327 IAs con semen congelado-descongelado, comparando la IA vaginal e intra-uterina; Linde-Fosberg [5] reportando 2041 inseminaciones con semen fresco, y enfriado-diluido, congelado-descongelado usando IA vaginal e intra-uterina, y Thomassen y col., [6] en 312 IAs principalmente intra-uterinas con semen congelado-descongelado.
Un número de factores son de importancia para determinar la tasa de éxito de IA en perros, tales como cuantas veces durante el ciclo estral de una perra se realiza la IA, la calidad y el manejo del semen, y la técnica de IA. Más información sobre estas facetas se pueden encontrar en las referencias citadas. Este artículo sólo tratará con las técnicas de inseminación y los efectos del sitio de deposición del semen.
Estudios clínicos recientes [4,5] han enfatizado la importancia de la inseminación artificial intra-uterina en relación a la intravaginal en el perro y son los primeros en demostrar los resultados significativamente mejores cuando el semen ha sido depositado en el útero y no en la vagina. En un estudio de Linde-Fosberg y col., [4] la tasa de parición usando la deposición intra-uterina de semen congelado-descongelado fue del 84.4 % comparado con 58.9 % usando la deposición vaginal, y el tamaño medio de camada fue de 5.4 ± 3.0 comparado con 4.0 ± 2.7 cachorros/camadas (P<0.001). Los datos de fertilidad provenientes de 2041 IAs realizadas en perras suecas entre 1990 y 1998 y reportadas al Kennel Club en 2 semanas (es decir antes de que una prueba de preñez pueda hacerse para evitar sesgos de los resultados), mostró que una tasa significativamente más alta de parición y tamaño de camadas obtenida no sólo con semen congelado-descongelado sino también con semen fresco y enfriado diluido cuando el semen había sido depositado en el útero más que en la vagina [5] (Tabla 1).
Tabla 1. Tasa de parición y tamaño de camadas después de la inseminación artificial (IA) vaginal ó intra-uterina usando semen fresco, enfriado y congelado-descongelado de perro (n= 2041)[5]. | ||||
Tipo de semen | Tasa de parición (%) | Tamaño de camadas (No. de cachorros) | ||
| IA Vaginal | IA Intra-uterina | IA Vaginal | IA Intra-uterina |
Semen Fresco | 47.8 | 65.2 | 5.8 ± 2.8 | 6.5 ± 2.5 |
Semen Enfriado | 45.1 | 65.6 | 5.8 ± 3.0 | 6.4 ± 3.2 |
Semen Congelado-Descongelado | 34.6 | 52.0 | 4.7 ± 2.6 | 5.0 ± 3.2 |
Los resultados usando semen fresco, mostrados en la Tabla 1, son ligeramente sobre-elevados porque el 11% de estas perras fueron, por varias razones, no solamente inseminadas artificialmente sino también servidas naturalmente. La razón má frecuente del doble servicio fue que los criadores trataron de servir naturalmente a las perras muy temprano en el estro, pero cuando los perros no se apareaban naturalmente, los propietarios después solicitaron la IA. La tasa de parición en el grupo que también había recibido servicio natural fue tan alto como del 84.5%, con un tamaño promedio de camada de 6.0 ± 2.8 cachorros, comparado a la tasa de parición de 48.9% y con un tamaño promedio de camada de 5.8 ± 2.8 cachorros, en aquellas perras que fueron solamente inseminadas artificialmente. Parecería entonces, que un número de IAs realizadas con semen fresco se hicieron en un período no-óptimo durante el estro, usualmente debido a la inexperiencia del criador. Sin embargo, los resultados comparativamente pobres son probablemente también debidos a que la IA se solicita por problemas varios en los perros.
No obstante, los datos suecos [5], claramente demuestran que en el perro, la IA intra-uterina mejora significativamente la tasa de parición y el tamaño de las camadas. La tasa de parición por IA intra-uterina aumentó de un 36% con semen fresco a un 50% con semen congelado-descongelado, comparado a la IA vaginal. Adeás con la IA intra-uterina, el tamaño promedio de las camadas aumento 0.3 cachorros por camada con semen congelado-descongelado y 0.6 y 0.7 por camada con semen fresco, y enfriado diluido respectivamente. Es también interesante en este contexto notar que el perro se considera una especie con deposición de semen intra-uterina en el servicio natural, porque para el momento en que el abotonamiento de la cópula termina, los espermatozoides han alcanzado los oviductos [7]. La fracción rica en esperma se eyacula en la intromisión y durante la fase temprana del abotonamiento copulatorio, y es seguido por un gran volumen de fluido prostático, el cual lleva inmediatamente a los espermatozoides en un flujo de la angosta vagina craneal a través del cérvix, dentro del cuerpo uterino y cuernos. La vagina parece ofrecer un medio desfavorable para los espermatozoides caninos, pues una gran proporción de estos pierde sus colas minutos después de la deposición en la vagina craneal [8]. Ha sido también demostrado que se requieren alrededor de 10 veces má espermatozoides para obtener resultados similares por IA vaginal que por IA intra-uterina tanto con semen fresco [9], como con el semen congelado-descongelado [4]. Hay entonces, muchos factores que contribuyen a peores resultados obtenidos por deposición de semen intravaginal comparado a la deposición intra-uterina.
Métodos para realizar la IA intra-uterina en el perro
La IA intra-uterina en la perra puede ser hecha transcervicalmente tanto por medio del catéter escandinavo (ó Noruego), ó usando un endoscopio fibro-óptico vaginal rígido para visualizar el cérvix y un catéter urinario de perro para atravesarlo. La IA intra-uterina se puede también realizar por métodos invasivos como la laparoscopía, ó cirugía abdominal. Algunos de estos últimos métodos podrían ser considerados ilegales ó éticamente inaceptables.
Palpación del cérvix
Es absolutamente esencial para la persona que quiera realizar IAs en perros aprender como localizar el cérvix por palpación abdominal para poder depositar el semen en el lugar correcto y evitar dañar a la perra. La perra debe tener el estómago y la vejiga vacías para facilitar el procedimiento. Para el entrenamiento es recomendable usar los catéteres plásticos desechables para IA vaginal en caninos (Minitüb GmbH, Tiefenbach, Germany) (Fig. 1).
Figura 1. Los 3 tamaños de catéteres de IA escandinavos para perros, y el catéter plástico descartable de IA vaginal.
Debido a que el orificio uretral de la perra esta localizada en el borde de la pelvis, es sorpresivamente fácil, sin intención introducir el catéter, o un endoscopio rígido a la vejiga urinaria. Aparte del riesgo de perforar la vejiga con el catéter, es obvio que no ocurrirá preñez alguna luego de la IA. Por eso, la posición correcta del catéter debe siempre examinarse por palpación antes de depositar la dosis de semen. Si el catéter está en la vejiga urinaria, la parte craneal de la vagina y de el cérvix se pueden palpar por encima del catéter. Las paredes de la vejiga urinaria son generalmente má finas que las de la vagina, y la punta del catéter sobresale má distintivamente que si estuviera en la vagina.
Para palpar el cérvix, se introduce un catéter de IA en la vagina de la perra. La introducción del catéter se facilita si la vulva se eleva hasta justo abajo del ano (como cuando la perra en celo se para el perro). Cuando la punta del catéter se introduce hasta inmediatamente craneal al borde de la pelvis, debe ser palpado. Cranealmente la vagina, en muchas perras, se inclina levemente hacia bajo. En algunas razas, no obstante, especialmente los hounds con lomo arqueado, la vagina tiene una dirección má dorsal. La punta anterior del catéter debe entonces ser bajado cerca a la pared abdominal para que sea más accesible a la palpación. Cuando la punta del catéter se pueda palpar y confirmar su posición correcta en la vagina, cuidadosamente se empuja, bajo el control constante por palpación, hasta alcanzar el área paracervical. Esta es la porción craneal angosta de la vagina creada por el pliegue pos-cervical dorsomedial y que se puede palpar como una estructura firme de 1 a 2 cm de longitud. El pliegue termina en el cérvix, el cual en la perra en estro es una estructura dura, desplazable, redondeada a ovoide de 0.5 a 1.5 cm. Generalmente no es posible pasar la cubierta externa protectora del catéter escandinavo, el cual tiene un diámetro de 10 mm, en el area paracervical. También el catéter plástico má fino de IA, el cual tiene un diámetro de 5 mm, podría ser muy grueso para introducir en el área paracervical en algunas perras, especialmente en aquellas de tamaño pequeño, o en aquellas que nunca han parido. Una vez identificado el cérvix, el cuerpo y los cuernos del útero se pueden palpar frente a este. Se inclina la punta del catéter y se acerca la punta del dedo pulgar contra la del índice por encima del catéter, entonces levante el extremo craneal del catéter de modo que el cérvix y los cuernos uterinos se empujen para arriba entre los dedos. Su tamaño y consistencia entonces se tornan evidentes. (Este método de palpar el útero es también muy útil para la detección temprana de gestación y para el examen de perras sospechosas de piómetra).
Inseminación uterina usando el catéter escandinavo
El catéter escandinavo consiste en un catéter de acero de 1 - 2 mm de grosor con una punta de 0.75 mm a 1 mm diámetro, y viene en 3 diferentes longitudes: 20, 30 o 40 cm. Se usa junto con una cubierta protectora externa de 10 mm de diámetro [10] (Fig. 1 y Fig. 2). El catéter de tamaño mediano es adecuado para la mayoría de las perras de pequeño y mediano tamaño. El equipo se puede obtener de Nowegian Fur Criadors’ Associación, P.O. Box 136, Økern, N-0509 Oslo 5, Noruega.
Figura 2. Una vista cercana de los extremos de 2 tamaños de catéteres escandinavos de IA para perros.
La IA intra-uterina con el catéter escandinavo se realiza con la perra parada sobre el piso ó sobre una mesa. Raramente se necesita sedación; por el contrario, muchas perras en estro aceptan libremente este tipo de manejo. En los casos en que se requiera una sedación ligera, por ejemplo en una perra muy grande, obesa ó nerviosa, se puede usar 1 - 3 mg/kg IM ó IV de xilazina. El catéter interno de acero, con el extremo craneal interno protegido por la cubierta de nylon, es introducido en la vagina. El extremo craneal de la cubierta de nylon se palpa frente al borde de la pelvis como se describió previamente. Si la punta de la cubierta del catéter se inclina hacia la pared abdominal del cérvix usualmente se encuentra unos pocos cm en frente y arriba de este. El catéter de acero entonces se introduce a través de la cubierta hasta que su extremo alcanza el fornix ventral. El cérvix se fija entre los dedos pulgar e índice, aplicando una ligera tracción hacia abajo del cuerpo del útero, e inclinando el cérvix de manera que el ángulo del canal cervical se vuelva más horizontal (Fig. 3).
Figura 3. Dibujo esquemático de la región paracervical y del canal cervical canino, con el catéter escandinavo en posición en la vagina craneal. Por manipulación de el cérvix y el cuerpo uterino el ángulo de el cuello es cambiado para obtener un mejor alineamiento de el canal cervical y el catéter y así facilitar su penetración.
La punta del catéter entonces se retira cuidadosamente mientras se empuja repetidamente contra la superficie del cérvix en busca de la apertura del canal cervical. La sensación cuando se encuentra esta apertura se puede describir en muchos casos como el tocar cartílago, o sea crujiente. Una vez que se encuentra la apertura, se fija el catéter y se comienza a manipular el cérvix contra el catéter. El canal cervical tiene 5 a 10 cm de largo, y no está siempre completamente derecho. Algunas veces es necesario aplicar una ligera presión, mientras se rota el catéter para facilitar su paso. En la mayoría de las perras, la punta del catéter se pude sentir fácilmente frente al cérvix en el cuerpo del útero. En algunas perras, no obstante, la sensación no es tan obvia. La jeringa conteniendo el semen se conecta al catéter y el semen lentamente se deposita en el útero. Algunas veces hay una resistencia a la infusión dependiendo de si la apertura del catéter está presionada contra la mucosa endometrial. Una ligera tracción del cuerpo uterino ó del cérvix hacia abajo usualmente alivia la situación y permite la infusión del semen.
Para asegurarse de que el catéter esté realmente en el útero de la perra, se infunde 1 - 2 ml de solución salina fisiológica. Si el catéter está en su posición correcta en el cuerpo uterino el líquido fluye fácilmente. Si por el contrario, el catéter está en la región paracervical, habrá un reflujo casi inmediato entre el catéter y la cubierta de nylon.
El catéter se saca y los cuartos posteriores se elevan y la perra se mantiene en esta posición por 5 - 10 minutos después de la IA para minimizar el reflujo de semen y para facilitar el transporte uterino de los espermatozoides hacia los oviductos [7,11]. La perra debe también ser masajeada suavemente alrededor de la región perineal ya que se piensa que esto estimula las contracciones uterinas.
Para aprender esta técnica se requiere algo de práctica, pero una vez aprendida es un método rápido, usualmente realizado en minutos. Se recomienda que inicialmente se usen para el entrenamiento y el estudio anatómico órganos del matadero. También es más fácil si los primeros intentos se hacen en perras que hayan parido una ó más camadas, ya que usualmente son más fáciles de cateterizar. Si el catéter se introduce a ciegas ó con fuerza, podrían ocurrir perforaciones. Si la cateterización se hace bajo cuidadoso control palpatorio, la técnica es completamente segura para la perra. Algunas perras son más difíciles de cateterizar, particularmente aquellas de razas gigantes, las obesas ó los animales nerviosos. Usando el catéter escandinavo solamente entre un 2 y 3.5% de los intentos de cateterización intra-uterina no tuvieron éxito [3,6]. Las tasas de parición publicadas usando semen congelado-descongelado fueron de 84.5% [4], y 71% [6] cuando la IA se realizó por inseminadores experimentados, un promedio de 65% con semen fresco y refrigerado y 52% con semen congelado-descongelado, en un estudio de campo que incluyó también a inseminadores con menos experiencia [5] (Fig. 1). Esta técnica pude también ser usada para infusión intra-uterina de medio de contraste para el examen histerográfico de la perra [12].
Inseminación uterina usando la visualización endoscópica del cérvix
La inseminación transcervical intra-uterina puede también ser realizada con la ayuda de un endoscopio fibro-óptico rígido y un catéter urinario ó angiográfico, en una perra en estación, y sin sedación (Fig. 4 y Fig. 5).
Figura 4. La inseminación transcervical intra-uterina puede también puede ser realizada con la ayuda de un endoscopio conectado a una fuente de luz fría y un catéter urinario canino de 6 - 8 Fr de diámetro.
Figura 5. La inseminación transcervical intra-uterina puede también puede ser realizada con la ayuda de un endoscopio conectado a una fuente de luz fría y un catéter urinario canino de 6 - 8 Fr de diámetro.
Wilson [13] usó un cisto-uretroscopio rígido de 30 cm de largo y 4 mm de diámetro con un ángulo de visión oblicuo de 25º, junto con una cubierta de acero inoxidable de 23 Fr . El catéter urinario de perro, 6 - 8 Fr, se pasa a través del canal de operación de la cubierta. El endoscopio se introduce en la vagina y se avanza hasta que el os externo del cérvix pueda ser visualizado y el catéter urinario se manipula en la apertura cervical hasta introducirlo en el útero. Para guiar al endoscopio a través de los a veces tortuosos pliegues de la bóveda vaginal, puede ser útil dejar que el catéter urinario guié el camino por unos pocos cm, indicando la dirección correcta. Similarmente a cuando se usa el catéter escandinavo, puede también establecerse por palpación abdominal si la punta del endoscopio está correctamente posicionado en relación al cérvix. Cuando el semen se ha inseminado en el útero, el endoscopio se retira. Después de la deposición intra-uterina, del semen los cuartos posteriores de la perra se elevan y el catéter de IA se retira, y la perra se deja en esta posición durante 5 - 10 minutos para minimizar la salida del semen.
Usando IA endoscópica con semen congelado-descongelado se obtuvieron, tasas de parición de 25% (3 de 12 perras) [14] y 80% (32 de 40 perras) [13]. Una ventaja significativa de esta técnica es que permite la visualización directa de la apertura cervical, aunque involucra manipulación del endoscopio y del catéter y requiere algo de práctica. Más aún, para poder cateterizar a perras de todos los tamaños con este método, se requieren varios endoscopios de distinto diametro y longitud. A pesar de que el equipo es caro para profesionales especializados en reproducción canina e IA, podría ser una buena inversión obtener por lo menos un endoscopio de tamaño mediano, el cual sirve para la mayoría de razas de tamaño promedio. El endoscopio es también de gran ayuda para entrenarse para realizar la cateterización transcervical con un catéter escandinavo.
Inseminación intra-uterina usando laparoscopía
La laparoscopía abdominal ofrece una alternativa más aceptable a la cirugía tradicional para la IA del perro. La técnica ha sido descrita por Wildt [15] y Silva y col. [16]. Una tasa de preñez de 60 a 73% se reportó usando laparoscopía para la IA [16-18], pero el número de perras en esos estudios fue muy bajo.
Inseminación intra-uterina usando cirugía
La cirugía abdominal se ha reportado como un método para realizar la inseminación intra-uterina [19-21]. Se han usado varios procedimientos quirúrgicos, con la perra bajo anestesia general y en decúbito dorsal. Se rasura el abdomen ventral, y después de la preparación quirúrgica de rutina se hace una incisión de 4 - 6 cm en el centro entre el pubis y el ombligo sobre la línea alba. El útero se eleva a través de la incisión, y se inserta una aguja acoplada a una jeringa conteniendo el semen en el lumen del cuerpo uterino en un ángulo de 45º con el bisel hacia arriba. El semen se inyecta lentamente en el útero. El semen debe fluir fácilmente con una obvia distensión de los cuernos uterinos, ó de otra manera, la aguja debe ser reposicionada. Después de que se retira la aguja, se mantiene una gasa embebida en solución salina sobre el sitio de la inyección. Después de un minuto la gasa se remueve, el útero se reposiciona y el abdomen se cierra con métodos rutinarios de cirugía abdominal. Para prevenir el reflujo de semen la perra se debe posicionar con sus cuartos posteriores elevados mientras se recupera de la anestesia [20]. Se ha reportado alrededor del 60% de preñez después de la IA quirúrgica en el pero [19]. Como con la IA laparoscópica, los resultados se basan en estudios experimentales limitados y no hay datos de campo disponibles para la evaluación usando ambos métodos. Es debatible si es éticamente aceptable recurrir a la cirugía para lograr una preñez. El método, no obstante propuesto por algunos, es considerado por muchos como no ético, inaceptable y estresante para la perra. Los riesgos de infección, etc., asociados con la cirugía en general y el limitado número de IA quirúrgicas que se pueden realizar en una perra son dos desventajas obvias. El método es también caro y requiere de tiempo.
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1. Seager SWJ, Platz CC, Fletcher WS. Conception rates and related data using frozen dog semen. J Reprod Fertil 1975;45:189-192.
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Affiliation of the authors at the time of publication
Faculty of Veterinary Medicine, Department of Obstetrics and Gynaecology, Swedish University of Agricultural Sciences, Uppsala, Sweden.
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