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Recent Advances in Companion Animal Behavior Problems - Houpt K.A.
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Comportamiento materno equino y sus aberraciones

Author(s):
Houpt K.A.
In: Recent Advances in Companion Animal Behavior Problems by Houpt K.
Updated:
NOV 18, 2011
Languages:
  • EN
  • ES
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    Conducta maternal normal

    El comportamiento materno tiene dos fases: 1) la motivación general de acercarse a un recién nacido Y amamantarlo y 2) identificación específica del recién nacido como propio. El comportamiento materno en general es provocado por los acontecimientos del parto, especialmente por la disminución de estrógenos y progesterona y la aparición de una criatura que se asemeja a un potro, pequeña, húmeda, sin coordinación, con un rostro en escorzo y un relincho agudo. La estimulación del cuello uterino que se produce cuando el potro es parido, activa la segunda fase - la identificación específica.

    La estimulación cervical estimula la liberación de oxitocina no sólo de la hipófisis, sino también en el bulbo olfativo, en donde, al menos en borregos, el óxido nítrico y el GMP cíclico potencian la liberación de glutamato en la sinapsis mitral a granular de células, señalando así un período crítico durante el cual se va a aprender el olor del recién nacido [ [1,3]. Posteriormente, todos los otros recién nacidos serán rechazados. El sentido que utiliza la madre probablemente no sea del sistema olfativo principal, si no del órgano vomeronasal. En ovinos, el bloqueo de la entrada al órgano vomeronasal resulta en ovejas promiscuas que van a permitir mamar a corderos que no son los propios [4]. Lo mismo es probablemente cierto en caballos.

    El reconocimiento materno

    El comportamiento materno en los caballos comienza en cuanto nace el potro. Puede iniciarse con el intercambio de expiraciones de nariz a nariz como hacen dos caballos que se conocen por primera vez. Es más probable que esto ocurra si el potro se coloca de modo que quede cabeza a cabeza con la yegua. El lamido del potro comienza generalmente cuando la yegua se para y el lamido se concentra primeramente sobre las membranas fetales ardedor de la cabeza del potro. No queda claro si esto podría servir para prevenir que el potro quede asfixiado por las membranas. En seguida, la yegua se concentra en lamer la cabeza del potro. Después, la yegua lamerá los cuartos posteriores y el área perianal, y tan solo después, lamerá el "centro" del potro. La frecuencia del lamido disminuye rápidamente con el tiempo, por lo que rara vez las yeguas lamen a sus potros mas de dos horas después del parto. Hay excepciones - las yeguas que lamen a sus crías durante mucho más tiempo, pero a diferencia de muchos ungulados, el lamido de la zona perianal no es necesario para estimular la defecación. Aunque muchas especies consumen la placenta, los caballos rara vez lo hacen. Una encuesta realizada entre los propietarios indicó que sólo el 1% de las yeguas se comen la placenta [5]. Sin embargo, las pocas yeguas que si lo hacen, pueden sufrir de cólico si la placenta obstruye el tracto gastrointestinal, por lo general en la válvula íleo-cecal.

    Respuestas de seguido y decúbito

    Los ungulados se dividen en los que siguen y en los que se esconden. Ejemplos de los que se esconden son el ganado y las cabras. El neonato permanece en el sitio de su nacimiento y la madre sale a pastar, volviendo para amamantar a su cría. Después de unos días, el cabrito y la ternera dejan su escondite y siguen a su madre, pero en general son más independientes que un cordero o un potro que, como seguidores, dejan su sitio de nacimiento a las pocas horas de haber nacido. A pesar de los potros son seguidores no pueden seguir todo el tiempo porque, como la mayoría recién nacidos, duermen más tiempo que los adultos. Duermen con más frecuencia en posición de decúbito lateral que indica que están en movimiento ocular rápido (MOR), que se asocia con la inhibición del tono motor. El comportamiento de la yegua cambia cuando el potro se acuesta. No continua caminando, más bien se para cerca del potro. Ella puede pastar, pero lo hace a pocos metros del potro, por lo general en una trayectoria circular alrededor del potro y no en la línea recta que recorre cuando el potro está de pie. En cuanto más cerca esté del potro, más joven es este. Las yeguas varían en su apego a sus crías, pero son consistentes con todos sus potros. Algunas yeguas se mantienen dentro de los 5 metros de distancia de sus crías durante meses. Otras pasan menos y menos tiempo cerca del potro conforme este va madurando. Esto no varía con el sexo del potro [6,7].

    Amamantamiento

    Los potros maman con mucha frecuencia - tres a cuatro veces por hora durante la primera semana de vida. Este es el caso de potros New Forest y ponis galeses, los pura sangre, árabes, belgas (potros belgas o potros de mulas) [8,12]. El tiempo que el potro pasa mamando no varía mucho a medida que el potro madura. Normalmente, el potro mama durante un minuto o dos. A pesar de que la frecuencia de amamantamiento disminuye a una vez por hora cuando el potro ha cumplido los 5 meses, la duración del amamantamiento no cambia [13].

    El comportamiento maternal aberrante

    La agresión a humanos y caballos

    Es normal que las yeguas sean agresivas hacia cualquier animal que se acerque a sus crías. Es de suponerse que esta agresión se ha desarrollado para evitar que el potro siga a otro caballo durante el período sensible en el que aprende a identificar a su madre. Esto es probablemente una respuesta a las yeguas que tratan de robarse al potro o hacia sementales que intentan matarlo. Duncan [14] ha informado sobre el infanticidio por sementales, el potro atacado suele ser macho. También se ha informado de infanticidio por sementales recientemente introducidos en los caballos Przewalski [15] y en las cebras [16]. Caballos castrados pueden mostrar este comportamiento por lo que no es prudente ponerlos en la pastura con las yeguas y sus potrillos. Estos caballos castrados que muestran otros signos de comportamiento de semental, (monta, flehmen, agresión hacia otros machos) son los más propensos a atacar a un potro. Por lo general, las yeguas no son agresivas con sus cuidadores, pero pueden serlo con otros seres humanos. Los veterinarios, en particular, pueden ser atacados por las yeguas, poco después del parto. Las yeguas deben estar correctamente sujetas, pero deben poder ver a sus crías para que no se agiten. Un caso extremo de agresión posparto fue el de una yegua cruzada pura raza- warmblood que arrancó de una mordida el dedo de su dueño. Antes del parto, la yegua había sido agresiva con otras gentes, pero no con el propietario. La yegua era particularmente agresiva con los perros. Esto no es sorprendente ya que los lobos eran una grave amenaza para los potros y aún matan a los potros recién nacidos de caballos de Przewalski que han sido liberados en Mongolia [17]. La yegua gradualmente se volvió menos agresiva en las semanas siguientes.

    Rechazo del potro

    El rechazo potro puede tomar varias formas. En la forma más leve, la yegua acepta y lame al potro, pero no le permitirá mamar. El estímulo de este comportamiento puede no ser el tocar la ubre, sino más bien que el potro toque el pliegue inguinal cuando se acerca a la ubre. En otra forma, la yegua no querrá tener nada que ver con el potro y puede patearlo si se acerca demasiado. La forma más severa es la yegua que ataca al potro, intenta morderle el cuello y lo avienta. El comportamiento es similar a la de un caballo infanticida. Todas estas formas de rechazo ocurren con mayor probabilidad en las yeguas primíparas, una indicación de que la experiencia materna es importante. Al parecer, hay un componente de aprendizaje, incluso para este comportamiento innato. Sin embargo, algunas yeguas rechazarán a un potro tras otro. Dos resultados nos llevaron a investigar los aspectos genéticos de este comportamiento. Mohammed Matook señaló en su tesis de doctorado "el comportamiento materno en las yeguas Árabes", que 9 yeguas de 107 yeguas árabes en la Organización Egipcia Agrícola (EAO) rechazaron o parcialmente rechazaron a sus crías. Las yeguas que rechazaron eran todas de una de las varias familias que mantienen en la EAO. El otro hallazgo fue el resultado de una solicitud de información por parte de los propietarios de las yeguas que rechazaron a sus potros. La solicitud y un formulario con una muestra la historia clínica se han publicado en diversas revistas equina (Equus, Compendium of Continuing Education, Horse and Rider, the Bloodhorse, Equine Practice, etc.). De los 135 casos de rechazo de potros informados, 70 (52%) eran árabes, 24 eran Quarter horses, y 14 eran caballos pura sangre. La mayoría (101) de las yeguas eran primíparas. El rechazo se produjo inmediatamente después del parto en 95 yeguas, 12 horas después del parto en 11 yeguas, y 24 horas después del parto en 14 yeguas. Diez potros fueron asesinados o murieron como consecuencia del rechazo [18].

    Para abordar la cuestión de la predisposición raza con mayor precisión, se obtuvo la cooperación del Arabian Horse Registry of America y del American Paint Horse Association (APHA). Se enviaron cartas a 800 propietarios de los potros que nacieron en 1993 de cada raza. Se recibieron respuestas de 720 propietarios de caballos árabes (90%) y 657 de propietarios de caballos Paint Horse (82%). Cinco por ciento de los potros árabes fueron rechazados, pero sólo el 2% de los potros de Paint Horse. Veintiún fincas pura sangre fueron encuestadas en 1992 y 1993 en Japón. La incidencia de rechazo fue de 0 potros de 371 partos en 1993 y 0,5 (1 de 411 partos) en 1994 [19].

    Con el fin de determinar si el estrógeno o la progesterona estaban involucrados, se tomaron muestras de sangre de yeguas árabes en la EAO 30 minutos antes de parir y 15, 30, 60 y 90 minutos después del parto. Los niveles de ambas hormonas fueron más bajos en las cuatro yeguas que rechazaron a sus potros. Los niveles de progesterona pre-parto fueron significativamente más bajos. No se sabe si la terapia hormonal podría prevenir la agresión, pero valdría la pena considerarlo.

    Tratamiento para el rechazo del potro

    Si la yegua está reaccionando cuando el potro toca el pliegue inguinal, esta puede desensibilizarse. La yegua puede sujetarse con una rienda de atar y se puede tocar levemente el pliegue inguinal. Si la yegua se mueve de lado o patea, debe hacérsele trotar alrededor de su caballerango por unos minutos. Entonces se podrá intentar tocarla de nuevo. Por lo general, las yeguas se cansan de trotar después de unos minutos y ya no responde al tacto. Entonces se puede hacer una imitación más contundente de las estocadas del potro, y si la yegua pone objeción, se le puede hacer a trotar de nuevo.

    La progesterona se usa después del parto, en combinación con acepromacina para tratar a las yeguas que rechazan. Además de ser un tranquilizante, la acepromacina - un bloqueador de la dopamina – debería estimular la liberación de prolactina de la hipófisis. La prolactina en sí misma no puede regular el comportamiento materno en los mamíferos, pero si estimula la producción de leche. Los potros recién nacidos normalmente maman varias veces por hora. Si la yegua debe ser sujetada para amamantar, los dueños suelen hacerlo cada pocas horas. La yegua se "seca", es decir, cesa de lactar, si el estímulo del amamantamiento no se aplica con suficiente frecuencia. La estimulación del sistema nervioso simpático en la yegua agresiva y la falta de amamantamiento frecuente, a menudo se combinan para inhibir la producción de leche. Por lo tanto, un aumento en los niveles de prolactina debería ser útil. inyecciones de oxitocina también se utilizan para asegurar la bajada de la leche. El otro problema con la separación de la cría durante varias horas es que la yegua no tendrá contacto visual con el potro. El potro puede mamar a su antojo si la yegua está contenida detrás de un poste que permite el acceso a la ubre por el potro, pero no le permite a la yegua moverse hacia los lados. Su cabeza debe estar atada para que no pueda morder el potro. El potro no debe poder ponerse detrás o delante de la yegua. Algunas yeguas patean como vacas y/o se ponen en cuclillas para evitar que el potro mame. Una paca de heno o una bolsa de virutas entre las patas delanteras y traseras prevendrán dichas actividades. Una bolsa de virutas es más segura porque no hay hilos en los cuales la yegua pudiera enredarse. La yegua puede ser recompensada con comida o con caricias cuando le permite mamar al potro. Si arremete, entonces puede ser castigada con un fuerte ruido - como el producido por un bate de plástico golpeado en la caballeriza. La mayoría de las yeguas y los potros aprenden que la yegua no puede oponerse a l amamantar. Poco a poco, la mayoría de las yeguas aceptaran al potro, pero en casos extremos puede ser necesario aplicar brazaletes. Después de varias semanas, será seguro el permitir cierta libertad a la yegua, pero esta debe ser observada de cerca. A pesar de que la aceptación forzada ahorra mano de obra y es mejor para el comportamiento contingente del potro que la crianza manual, el riesgo de que la yegua lastime seriamente al potro aún persiste. Los propietarios que pueden pagar, pueden comprar una yegua adoptiva, una yegua cuyo potro acaba de ser retirado.

    El rechazo del potro se puede prevenir

    Por ejemplo, las instalaciones neonatales bien diseñadas tienen particiones transparentes entre la yegua y el potro para que la yegua no "olvide" al potro. Yeguas que han rechazado anteriormente a un potro no debe reproducirse para evitar la propagación de la tendencia genética. Por otra parte, se le puede enseñar a una yegua que ha rechazado anteriormente a pararse en un anden estrecho antes de parir para se vaya acostumbrando a ello. Las ubres se deben palpar y se debe manipular el pliegue inguinal y las yeguas deben ser recompensadas por permitir la manipulación de los pezones antes del parto. La yegua que va a parir no debe tener contacto visual con otros caballos o podría redirigir su agresión contra esos caballos hacia su potro.

    Ejemplos de rechazo de potro

    Los caballos involucrados eran una yegua de 4 años de edad, Appaloosas primípara de 470 kg, y su cría de 34 kg. La yegua parió entre las 7 y las 9 de la mañana, en una pastura de 1 hectárea donde también había 2 caballos castrados. Los caballos llevaban varios años juntos. No había otros animales en la propiedad o en la cercanía. Cuando el dueño descubrió a la yegua, esta y uno de los caballos, un Appaloosa de 18 años de edad, estaban atacando al potro, que aun estaba mojado e intentaba pararse. El potro intentaba pararse cerca de la cerca eléctrica. El otro caballo castrado se encontraba a cierta distancia. La placenta aun no había sido expulsada. Es posible que la yegua comenzara a morder al potro y en seguida se le unió el caballo castrado, o la yegua ataco al caballo cuando este amenazo al potro y entonces redirigió su agresión hacia el potro.

    Las causas del comportamiento materno anormal en caballos son desconocidas. Falta de experiencia, desbalance hormonal, estrés durante el parto o falta de contacto con el potro durante el periodo sensible de formación del vínculo, son posibles factores. La importancia de la retención de la placenta en este caso no está clara. Muchas yeguas con retención de placentas aceptan a sus potros yeguas que no retienen la placenta rechazan a sus potros.

    Sin embargo, el dolor y el estrés pueden interferir con la conducta materna. Después de que la yegua y el potro fueron colocados en una caballeriza, las abrasiones menores del potro fueron tratadas con pegamento para heridas. Cuatro horas después, la yegua aun no había expulsado la placenta. La administración de 40 iU iM de oxitocina fue ineficaz, así que se la placenta fue extraída manualmente, incluyendo un pequeño pedazo que se había desgarrado. La yegua fue tratada con hidrocloridro de tripelenamina, penicilina procaínica G y fenilbutazona. En la tarde del segundo día posparto. 40 mg de acepromacina se administraron iM, con un efecto mínimo en el comportamiento de la yegua en que no aceptó al potro. El tratamiento con gránulos de promazina también fue ineficaz. La yegua parecía tener contracciones uterinas que eran visibles sobre la pared abdominal externa cada vez que el potro mamaba. Si arremetía contra el potro, el dueño sujetaba aun mas a la yegua aplicando un arcial al belfo superior.

    Dado que se cree que las concentraciones endógenas de opiáceos aumentan con la aplicación del arcial contracciones, la yegua debería calmarse [20]. Sin embargo, esto puede no ser la mejor alternativa, porque los opiáceos pueden bloquear la conducta materna. La yegua siguió iniciando la agresión hacia el potro, si el potro se le acercaba o no. La yegua fue inmovilizada primero atada y después con un atado cruzado. Esto le impidió perseguir o morder el potro, pero aún podría mover sus cuartos traseros y patear. Se colocaron tablas a lo largo de la caballeriza para que no pudiera moverse lateralmente; estaba eficazmente en una manga de sujeción. En esta disposición, el potro podría llegar a la ubre y mamar, porque la yegua no podía alcanzarlo, excepto al patear como vaca. Además, los propietarios no tenían que vigilar el amamantamiento durante todo el día. Los propietarios observaron que la agresión de la yegua hacia el potro disminución en su frecuencia. Después de 10 días, la yegua parecía bajar la leche más fácilmente y permitía que el potro vaciara la ubre. Después de aproximadamente 20 días de restricción, el comportamiento de la yegua parecía normal. La primera vez que fue soltada, la yegua mantuvo al potro a distancia, pero al final, después de varias semanas, comenzó a animar al potro a mamar y agredía al caballo y al propietario, mientras que protegía al potro. Este fenómeno, la estimulación de la conducta materna por proximidad forzada, se llama concaveación o sensibilización.

    Crianza

    Lo mejor es tener a una yegua que críe a un potro en lugar de alimentarlo con botella. No sólo porque el potro estará más sano por los anticuerpos maternos que están presentes en el tracto gastrointestinal del potro si este esta tomando leche de yegua en vez de formula, sino que también va a estar mucho más socializado hacia otros caballos. Los potros criados a mano, sobre todo los potros macho, a menudo se vuelven difíciles de manejar, ya que no tienen miedo de la gente. El miedo a los humanos es la base de gran parte del refuerzo negativo empleado en el entrenamiento del caballo en el trabajo de corral y en el dressage.

    Los potros pueden necesitar ser criados por otras yeguas debido a que su madre murió o lo rechazó, o porque la yegua tiene que viajar para ser cruzada nuevamente y el potro seria demasiado vulnerable al estrés y los patógenos en un nuevo medio ambiente. Se pueden comprar yeguas nodrizas. Estos son por lo general las yeguas que muestran un comportamiento materno muy bueno, pero todavía son capaces de reconocer que el potro no es suyo. Por lo tanto, la yegua no se debe permitir olfatear al potro hasta que este haya mamado de la yegua por lo menos 24 horas. Mientras tanto, se debe atar a la yegua para que no se pueda voltear y se debe poner una barricada tipo una mosquitera colocada entre ella y el potro para evitar todo contacto excepto para amamantar. Se ha sugerido frotar el potro con leche de la yegua o con las heces, pero esto suele no ser necesario si la yegua nodriza es sujetada correctamente. Si la yegua huele al potro debajo de la cola cuando este comienza a mamar y la yegua sigue permitiendo la succión, entonces la yegua ha aceptado al potro.

    La hipótesis es que la yegua reconoce el olor de su propia leche digerida, pero esto no ha sido comprobado. Después de 36 horas se debe permitir mayor contacto.

    La mejor yegua nodriza es aquella en la que se induce la lactancia por la administración de estrógenos, progesterona y sulpirida. Cuando la yegua produce leche, el comportamiento materno puede ser provocado por la estimulación cervical en sesiones de dos minutos cada diez minutos en presencia del potro. La yegua dejará de agredir contra el potro, comenzará a lamerlo y le permitirá mamar [21].

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    References

    1. Kendrick KM, Keverne EB. importance of progesterone and estrogen priming for the induction of maternal behaviour by vaginocervical stimulation in sheep: effects of maternal experience. Physiol Behav 1991; 49:745-750. - PubMed -

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    How to reference this publication (Harvard system)?

    Houpt, K. (2011) “Comportamiento materno equino y sus aberraciones”, Recent Advances in Companion Animal Behavior Problems. Available at: https://www.ivis.org/library/recent-advances-companion-animal-behavior-problems/comportamiento-materno-equino-y-sus (Accessed: 30 March 2023).

    Affiliation of the authors at the time of publication

    Animal Behavior Clinic, College of Veterinary Medicine, Cornell University, Ithaca, New York, USA.

    Author(s)

    • Katherine A. Houpt

      Houpt K.A.

      Professor
      VMD PhD Dipl ACVB
      Animal Behavior Clinic, College of Veterinary Medicine, Cornell University
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