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Manejo anestésico del equino: anestesia intravenosa
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Introducción
Por décadas se han usado tiobarbituratos para inducir y mantener anestesias generales de acción corta (15 a 30 min) en los equinos. Uno de ellos, el tiamilal, ya no se produce en forma comercial en los Estados Unidos, pero el tiopental es utilizado ampliamente. Hace años, estos barbitúricos de acción ultracorta eran considerados como los agentes de elección para inducir la recumbencia de corta duración en caballos previamente tranquilizados. Posteriormente la guaifenesina y más recientemente la xilazina (y otros alfa-2 agonistas), fueron administrados en combinación simultánea con barbitúricos, ó inmediatamente antes de la inyección de estos, para mejorar la calidad de la inducción de anestesia y de la recuperación. Estas técnicas mejoradas de anestesia general, facilitaron la realización de procedimientos quirúrgicos y terapéuticos que requieren de una recumbencia más prolongada (por ejemplo, 30 - 60 min).
Sin embargo, a medida en que se incrementaba la duración de la administración de barbitúricos, la duración de la recuperación de la anestesia se prolongaba y la calidad de la recuperación se hizo más impredecible y hasta peligrosa tanto para el animal como para para el personal encargado de su manejo.
Actualmente, los anestésicos disociativos como la ketamina han reemplazado ampliamente a los tiobarbituratos en el manejo anestésico rutinario de los caballos. Ello ha mejorado consistentemente la calidad de la inducción de anestesia y la recuperación. Debido a que los agentes disociativos producen un efecto indeseable de excitación del sistema nervioso central, su uso en los equinos requiere de la administración concurrente de otras drogas para modificar el comportamiento tales como los alfa-2 agonistas (por ejemplo, xilazina). A continuación se ofrece una breve revisión y actualización de técnicas contemporáneas específicas.
Inducción y mantenimiento de la anestesia - drogas disociativas
Xilazina/ketamina y xilazina/guaifenesina/ketamina
El uso de xilazina y ketamina para la inducción y mantenimiento de anestesias de corta duración en el equino ha sido descrito ampliamente [1,5]. Recientemente han sido evaluados el comportamiento y las respuestas cardiopulmonares, asociadas a dosis variadas de combinaciones de xilazina y ketamina durante el mantenimiento anestésico [6,8].
La respuesta a los estímulos dolorosos variaba con la droga y la dosis así como también la velocidad de recuperación de la anestsia; la calidad de la recuperación fue considerada buena a excelente en todos los caballos. Comunmente se registraron bradidisritmias y una hipoxemia relativa durante le mantenimiento con xilazina/ketamina. La presión sanguinea en los caballos que recibieron xilazina y ketamina más elevada que la publicada previamente, cuando se utilizó anestesia inhalatoria. El volumen cardíaco fue similar (bajo) [8]. El volumen cardíaco bajo en presencia de una presión sanguínea adecuada pareciera ser el resultado directo de las acciones de las drogas (por ejemplo, bradicardia, vasoconstricción). Dando sustento a esta interpretación, Singh y col., demostraron que la premedicación con glicopirrolato (2,5 μg/kg) minimiza la influencia negativa (posiblemente debida a la disminución del ritmo cardíaco) de la xilazina y la ketamina sobre el volumen cardíaco [9]. Se debe considerar también la influencia estimulante de la PAO2 sobre el volumen cardíaco. Los resultados obtenidos en un estudio realizado por Mama y col., indican que durante el mantenimiento realizado con xilazina y ketamina, en dosis de potencia equipotentes, el volumen cardíaco fue significativamente más alto en caballos respirando aire ambiental, (probablemente debido a la estimulación sympática como resultado de la hipoxemia) en comparación con aquellos que respiraron 100% de O2 [6].
A mediados de los años 1970s se describió por primera vez el agregado de guaifenesina a xilazina y ketamina para el mantenimiento de anestesias de corta duración en el equino [3]. Esta combinación de drogas produce las características deseables (analgesia, pérdida de la conciencia y relajación muscular) asociadas con la anestesia general y los caballos tienden a recuperarse bien de manera predecible después de que se ha discontinuada la administración de las drogas. La hipotensión comúnmente observada durante la anestesia inhalatoria se observa rara vez cuando los equinos anestesiados con xilazina/guaifenesina/ketamina respiran aire ambiental. Estos atributos positivos han conducido al uso común de estas tres drogas en la práctica veterinaria clínica tanto para la inducción como para el mantenimiento anestésico, en procedimientos de hasta 1 hora de duración (reparación de heridas, castración, etc.).
No se recomienda el mantenimiento de anestesia por más de una hora con anestésicos inyectables debido al posible efecto acumulativo de las drogas, quienes a su vez prolongan el tiempo de recuperación de la anestesia y pueden influenciar de manera negativa su calidad. La posibilidad de hipoxia durante la recumbencia y mantenida por esta combinación de limita también su uso si no se suplementa con oxígeno, (lo que ocurre en la mayoría de las circunstancias de anestesias realizadas a campo) [3,5]. Con el uso extenso de esta técnica, ahora es aparente que dada la presencia de actividad refleja (por ejemplo, parpadeo, deglución) las condiciones quirúrgicas no son las ideales para procedimientos en ojos ó vías aéreas superiores [5]. La presencia de actividad refleja durante el plano anestésico quirúrgico puede confundir la evaluación de la profundidad anestésica, induciendo a una dosificación inapropiada.
Detomidina/ketamina y detomidina/guaifenesina/ketamina
La combinación de detomidina (20 μg/kg) y ketamina (2 mg/kg) ó dosis variadas de infusión de detomidina/guaifenesina y ketamina, han sido estudiadas para la inducción y el mantenimiento de la anestesia en ponies, y en forma limitada en caballos [10,13]. Mientras que la administración concurrente de otras drogas (por ejemplo, acepromacina, flunixina) con posibles efectos sobre el comportamiento, el sistema cardiovascular ó de analgésicos, puede influenciar la interpretación de los resultados de estos estudios, los autores informaron que la presión sanguínea y el índice cardíaco se mantuvieron bien. Al comparar la anestesia con halotano durante la castración, los autores informaron que los niveles prequirúrgicos de cortisol aumentaron todavía más por sobre los niveles prequirúrgicos durante la anestesia por inhalación que durante el mantenimiento con detomidina/guaifenesina/ketamina. Las condiciones quirúrgicas y la recuperación de la anestesia fueron comparables en ambos protocolos.
Romifidina/ketamina y romifidina/guaifenesina/ketamina
El uso de romifidina (100 μg/kg) y ketamina (2.2 mg/kg) previo al mantenimiento de anestesia con halotano fue descrito por primera vez al comienzo de los años 90 [14]. Mientras que la anestesia fue calificada como excelente en 33 de 45 caballos, se observaron deglución, rigidez y tremores musculares leves al comienzo de la recumbencia. En otro estudio, se realizó la inducción de anestesia de un modo similar y en seguida fue mantenida con de un bolo intravenoso adicional de romifidina (40 μg/kg) y ketamina (1.1 mg/kg) administrado aproximadamente 18 - 20 minutos después de la dosis inicial de ketamina [15]. Se observó una respuesta positiva (movimiento muscular esquelético) al piquete de un alfiler a los 35 minutos después de inyectada la dosis inicial de ketamina, mientras que la recumbencia lateral se mantuvo por un promedio de 43 minutos. Durante el decúbito inducido por la anestesia, tanto la frecuencia cardíaca como la presión de oxigeno arterial disminuyeron, mientras que la presión arterial aumentó, en comparación con los valores obtenidos en el período de pre-sedación.
McMurphy y col., compararon los efectos cardiopulmonares del halotano y la anestesia intravenosa total mantenida con romifidina (82.5 μg/kg/h), ketamina (6.6 mg/kg/h) y guaifenesina (100 mg/kg/h por 30 minutos, seguidos de 50 mg/kg/h) [16]. Aunque en distintos momentos del estudio se registraron diferencias en algunas variables (por ejemplo, ritmo cardíaco, presión arterial media), los autores concluyeron que a excepción de los cambios de la presión arterial pulmonar, no se observaron diferencias significativas de las variables cardiopulmonares entre las dos técnicas de anestesia.
Xilazina/diazepam/ketamina, romifidina/tiletamina-zolazepam y xilazina/climazolam/ketamina
Se evaluó el uso de benzodiazepinas en lugar de guaifenesina para el mantenimiento de la anestesia. Al comienzo de los años 90, Brock y col., establecieron los efectos cardiopulmonares y de comportamiento, asociados con el uso de 2 dosis de diazepam (0.05 y 0.1 mg/kg) en caballos que también recibieron xilazina (0.3 mg/kg) y ketamina (2.0 mg/kg) para la inducción anestésica [17]. En este protocolo la dosis de 0.1 mg/kg de diazepam fue considerada equivalente a 100 mg/kg de guaifenesina.
El uso de tiletamina (disociativo) y zolazepam (benzodiazepina) también ha sido evaluado en caballos premedicados con romifidina [15]. La calidad de la anestesia fue buena y los caballos permanecieron en recumbencia lateral por un promedio de 45 min. En otro estudio, se mantuvo la anestesia por 120 min con climazolam (0.4 mg/kg/hora) y ketamina (6 mg/kg/h) en ponies premedicados con xilazina y acepromacina [18]. Aunque la calidad de la recuperación no fue tan buena como la reportada en otros estudios previos, los autores consideraron que la función cardiopulmonar fue mejor mantenida.
Inducción y mantenimiento anestésico - basado sobre propofol
El propofol es un agente anestésico caracterizado por producir su efecto muy rápidamente y por corto tiempo. Debido a estas características benéficas, su uso en el manejo anestésico de seres humanos y en animales pequeños es ahora rutinario. La inducción y mantenimiento con propofol en ponies fue descrita por primera vez en 1980 [19]. Desde entonces también ha sido evaluado para su uso en potrillos y caballos adultos. Al igual que la ketamina, se ha empleado generalmente en combinación con alfa-2 agonistas y/o relajantes musculares.
Propofol para anestesia en potrillos
Potrillos anestesiados con propofol (2 mg/kg) después de ser premedicados con xilazina (1.1 mg/kg) y butorfanol (0.01 mg/kg), mostraron frecuencias cardíacas más altas y presiones arteriales más bajas que aquellos inducidos con ketamina (2 mg/kg)[20]. Mientras que la orquiectomía fue realizada satisfactoriamente bajo ambos protocolos, el tiempo transcurrido hasta lograr la recumbencia esternal y la incorporación fue más corto en los animales que recibieron propofol; tiempo promedio a la incorporación 12.3 min versus 19.7 min.
En otro estudio se mantuvo la anestesia para procedimientos diagnósticos no invasivos en potros, mediante una infusión de propofol(0.26 - 0.47 mg/kg/min) previa inducción con la misma droga a razón de 2 mg/kg y premedicación con xilazina (0.5 mg/kg) [21]. La calidad de la inducción anestésica, el mantenimiento y la recuperación fueron satisfactorios y los potros se incorporaron en un promedio de 27 minutos a partir de la finalización de la infusión. La frecuencia cardíaca y la presión sanguínea media varió con un rango de 84 y 92 latidos por minuto y 98 y 123 mmHg respectivamente. En potrillos respirando aire ambiental, la PaCO2 varió entre 45 y 60 mmHg mientras que la PaO2 lo hizo entre 65 y 103 mmHg.
Propofol como anestésico para caballos (y ponies)
Las características de la función cardiopulmonar y del comportamiento, asociadas con el empleo de propofol en caballos adultos han variado. En caballos no medicados, la calidad de la inducción fue impredecible, desde buena hasta pobre [22]. Sorprendentemente, el comportamiento no mejoró significativamente cuando se incorporó una premedicación con xilazina (0.5 y 1.0 mg/kg), detomidina (0.015 y 0.030 mg/kg) ó medetomidina (7 μg/kg) [23, 24]. Sin embargo, cuando se sumó guaifenesina al protocolo de inducción de anestesia, esta fue calificada entre buena y excelente [6]. Aunque la calidad de la inducción vario y fue diferente de reportes previos indicando buena inducción cuando se utilizo propofol en ponies y en caballos [25], la calidad de la recuperación fue buena ó excelente con todos los protocolos. Algunas respuestas cardiopulmonares seleccionadas fueron monitoreadas durante la anestesia por xilazina/propofol y detomidina/propofol [23]. La frecuencia cardíaca disminuyó después de la administración de xilazina y detomidina y permaneciendo, durante el tiempo de recumbencia, dentro de valores menores a los registrados antes de su administración. Durante el período de recumbencia, la tendencia general fue la disminución de la frecuencia respiratoria e incremento de la PaCO2. Durante la recumbencia con xilazina/propofol ó detomidina/propofol, la PaCO2 disminuyo significativamente comparada con los valores obtenidos antes del tratamientos con xilazina/propofol y detomidina/propofol.
Hallazgos similares (por ejemplo, frecuencia cardíaca baja, hipoxemia, etc.) fueron descritos durante el mantenimiento anestésico con xilazina y la infusión de una dosis baja de propofol (0.15mg/kg/min) [6]. El índice cardíaco fue parecido al descrito previamente en caballos anestesiados con halotano [6]. La infusión de propofol en dosis altas (0.25 mg/kg/min) se caracterizó por la marcada depresión respiratoria y la ausencia de respuesta a los estímulos nocivos. A pesar del incremento de la profundidad anestésica, y probablemente siendo el resultado del efecto simpático-mimético indirecto de la presion arterial de dioxido de carbono elevada,, la frecuencia y el índice cardíacos se mantuvieron dentro de los valores normales descritos en caballos no anestesiados.
Propofol/ketamina
Se ha evaluado el empleo de propofol y ketamina juntos para el mantenimiento de la anestesia en ponies inducidos con detomidina/ketamina para practicar la castración [26]. Los autores reportan muy buenas condiciones quirúrgicas y recuperación tranquila, usando un promedio de ketamina (0.04 mg/kg/min) y propofol (0.12 mg/kg/min).
Las drogas inyectables como parte de una técnica balanceada
El objetivo de la técnica de anestesia balanceada es el lograr todas las características de la anestesia general, minimizando los aspectos negativos de las drogas individuales sobre la función cardiopulmonar. Esta técnica, comúnmente utilizada en humanos y pequeños animales, es de uso limitado en caballos. Investigaciones recientes proveen información que puede facilitar el aumento del uso clínico de esta técnica en el manejo anestésico de los caballos.
Halotano/xilazina y halotano/detomidina
Los agentes alfa-2 son conocidos por sus propiedades sedativas y analgésicas en caballos. Por lo tanto es razonable esperar que influencien los requerimientos anestésicos de drogas administradas simultáneamente. Dos trabajos realizados con diferentes agonistas alfa-2 substancian lo enunciado.
Steffey y col., reportaron una reducción del 25 - 34% del requerimiento de isofluorano medido entre 40 y 60 min después de la administración de xilazina (0.5 mg/kg y 1.0 mg/kg, IV) en caballos[27].
Dunlop y col., demostraron el efecto de la detomidina sobre el consumo de halotano en caballos [28]. Sus resultados indicaron que el requerimiento de halotano disminuyó hasta aproximadamente 55% comparado con el control, a medida que la dosis de detomidina (y la concentración plasmática) aumentaban.
Halotano/ketamina y halotano/guaifenesina/ketamina
Muir y col., describieron una reducción en el requerimiento de la dosis de halotano y el mejoramiento de la función cardiovascular a medida que se incrementa la concentración plasmática de ketamina [29]. Mientras que estos aspectos de la combinación de ambas drogas es favorable, los autores describen una recuperación de la anestesia pobre y prolongada y sugieren profundizar las investigaciones clínicas de esta técnica. En un estudio clínico se empleó la combinación de guaifenesina y ketamina para reducir la el requerimiento de la dosis de halotano en caballos presentados para evaluación diagnóstica y cirugía de emergencia [30]. Los autores informaron de condiciones anestésicas estables y de recuperaciones de anestesia predominantemente buenas con esta técnica.
Halotano/lidocaina
Otra droga que ha sido evaluada por su efecto sobre la concentración alveolar mínima de halotano (CAM) en pacientes equinos (ponies) es la lidocaina [31]. La reducción de la CAM de halotano fue correlacionada con el aumento plasmático de concentraciones de lidocaina y el rango fue de 20 a 70%. Los efectos cardiopulmonares de esta combinación no han sido completamente evaluados.
Drogas inyectables como modificadores de la recuperación de la anestesia inhalatoria
En 1980 Rose y col., reportaron que la recuperación después de la anestesia con isofluorano en el caballo adulto era impredecible y lejos de ser ideal [32]. Debido a la continua observación de recuperaciones impredecibles de anestesias inhalatorias, y de las buenas recuperaciones que siguen, especialmente, a los procedimientos de duración corta e intermedia con agentes inyectables, se despertó el interés por modular la recuperación de la anestesia inhalatoria por medio del uso de drogas inyectables. Clínicamente, esto es comunmente manifiestado por la administración de un agonista alfa-2 en la fase inicial de la recuperación, particularmente cuando se ha usado un agente inhalatorio de bajo coeficiente de solubilidad del gas en la sangre. Este potencial beneficio es apoyado por trabajos de investigación [33]. La información preliminar sugiere que la recuperación de la anestesia con isofluorano puede mejorarse con la administración de propofol al comienzo de la fase de recuperación; la calidad de la recuperación fue mejor con menos intentos por levantarse en caballos que habían recibido propofol [34].
Resumen
Las técnicas de anestesia inyectable en caballos han mejorado, existiendo en la actualidad muchas alternativas disponibles para satisfacer las necesidades de las distintas circunstancias clínicas. Sin embargo, a pesar de estas mejorías, aún existen deficiencias, por lo que continúa la búsqueda de la "utilización ideal" de las drogas inyectables para caballos.
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About
How to reference this publication (Harvard system)?
Affiliation of the authors at the time of publication
Department of Clinical Sciences, College of Veterinary Medicine and Biomedical Sciences, Colorado State University, Fort Collins, Colorado, USA.
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