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Complicaciones maternas de la gestación en la bufala: etiología, diagnóstico prenatal y manejo
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Los desórdenes reproductivos en el periparto tienen un efecto adverso en el rendimiento reproductivo de las búfalas de agua [1]. Las complicaciones durante la gestación pueden resultar en pérdidas económicas [2,3]. Las condiciones bubalinas maternas que pueden ser potencialmente problemáticas para la gestación incluyen el prolapso cervico-vaginal, torsión uterina, hernia abdominal y diafragmática, ruptura del tendón prepúbico y recumbencia preparto [4,5]. La etiología de muchas de las complicaciones maternas continúa siendo mal descrita. El diagnóstico de las complicaciones comunes es fácil; sin embargo, el objetivo de la terapia sigue siendo la conclusión segura de la gestación o la terminación de la gestación cuando esto no es posible. Se describen las complicaciones comunes gestacionales maternas en la búfala de agua.
Prolapso cervico-vaginal
El prolapso de la vagina consiste en la protrusión hacia afuera del piso de la vagina, las paredes laterales y una parte del techo de la vagina a través de los labios vulvares. Rara vez, toda la vagina ye el cérvix (identificable por los anillos cervicales) (Fig. 1a y Fig. 1b) se propasan a través de la vulva. La causa básica parece ser la debilidad o relajación del músculo constrictor del vestíbulo y atonía de la musculatura vaginal. El prolapso vaginal preparto es, con mucho, la complicación gestacional materna más común en el búfalo de agua [6,7]. El prolapso cervico-vaginal es menos común en el búfalo de agua en comparación con el prolapso vaginal [8,9]. La incidencia de prolapso cervico-vaginal preparto se ha descrito como mayor (3-13%) en el búfalo de agua [6,7,10,11]. Se ha informado que el prolapso vaginal preparto es más común comparado con el prolapso posparto en búfalas de agua según lo informado para Murrah [7], Surti [6], Nili Ravi [12], Nepali [9], italiana [13] y egipcia [14] En la mayoría de estos estudios la incidencia de prolapso vaginal informado se ha calculado a partir de los casos reales atendidos y no como un porcentaje del total de partos. Mishra [11] registró sólo tres casos de prolapso vaginal durante un período de cinco años en una granja de la Universidad en Jabalpur. Sin embargo, el análisis de datos en nuestra granja de búfalos de la universidad reveló cero incidencia de prolapso cervico-vaginal preparto durante un período de diez años (2001-2011) con 529 partos en búfalo Surti [5]. Una incidencia estacional de prolapso vaginal se ha descrito para el búfalo de agua [7,15,16]. No se ha mostrado en todos los estudios un aumento de la incidencia con el aumento de partos [16,17]. Se consideró que las búfalas estabuladas son más propensas al prolapso vaginal preparto [11]. Los cambios en los sistemas de manejo incluyen la disminución del pastoreo, ordeño mecánico y estabulación en corrales de concreto, lo que condujo a una mayor incidencia de prolapso vaginal en búfalas italianas [13] aunque no exclusivamente durante el período preparto. La incidencia del prolapso vaginal bubalino es rara en Sudamérica, Egipto y Argentina por razones nutricionales y de manejo [13]. En países en donde el amamantamiento se prolonga por 7-8 meses, rara vez ocurre el prolapso vaginal [13].
Figura 1a. Prolapso vaginal preparto en una búfala gestante de 7 meses.
Figura 1b. Prolapso cervico-vaginal en una búfala gestante de 6 meses.
Etiología
Las etiologías postuladas para una mayor incidencia de prolapso vaginal preparto en los búfalos de agua en algunos lugares incluyen bajos niveles de plasma de cobre, selenio y zinc [16,18,19], bajos niveles de calcio sérico y fósforo [7,12,16,17,20-22] y el aumento de los niveles de estradiol en plasma durante la gestación tardía [11,20,23-25].
El aumento de los niveles de estrógenos durante los últimos 2-3 meses de gestación causa relajación de los ligamentos pélvicos y las estructuras adyacentes [24,25]. Cuando el animal se acuesta, la presión intraabdominal (especialmente durante el embarazo) se transmite a las estructuras pélvicas flácidas que tienden a forzar el suelo y paredes vaginales relajados y vagamente unidos a través de la vulva. Las características anatómicas de las búfalas propensos al prolapso vaginal incluyen alta colocación de la cola, pelvis corta inclinada hacia el extremo caudal, miembros en forma de guadaña y el suelo pélvico que es mucho más corto que la extensión de la vagina [13]. Los factores etiológicos menos comunes descritos para el prolapso vaginal en la búfala de agua incluyen la vaginitis [26] y la infección del tracto urinario [13,27]. Se sabe de la predisposición hereditaria al prolapso en la búfala [13] aunque la heredabilidad es considerada baja [28,29]. La afección es más común en animales pluríparos que sufrieron distocia durante partos anteriores, animales muy confinados [11,13] y animales que presentaron quistes ováricos por períodos prolongados. Las búfalas alimentadas con cantidades excesivas de maíz ensilado, pulpa de remolacha, cascara de tomate, trébol subterráneo, coliflor y torta de semilla de algodón, son más propensos a sufrir de prolapso vaginal [13,18]. Estos alimentos tienden a tener altas cantidades de fitoestrógenos que relajan el área pélvica y precipitan el prolapso vaginal. Efectos similares son más probables de ser observados en búfalas alimentadas con forrajes mohosos [12,13] y forrajes con alta cantidad de proteínas [13]. El prolapso vaginal preparto es común en búfalas de agua entre 8-10 meses de gestación [7,11,30].
La patogénesis y desarrollo del prolapso vaginal es progresivo; comienza con la exposición de parte de la mucosa vaginal. La masa prolapsada se mueve hacia adentro y afuera cuando la búfala se levanta y se acuesta. Las membranas mucosas expuestas se secan y se irritan, lo que provoca tensiones y a una mayor exposición de la masa. Los tejidos prolapsados se tornan edematosos, lo que conduce a un deterioro circulatorio adicional y más hinchazón. En última instancia, el cérvix y, ocasionalmente los intestinos y la vejiga pueden estar involucrados [31]. Cuando la masa prolapsada permanece afuera de su ubicación normal, se vuelve progresivamente inflamada y edematosa. Un prolapso puede recuperarse espontáneamente después del parto; sin embargo es probable que vuelva a ocurrir en partos posteriores. La terapia de estrógenos (20-40 mg de dietilestilbestrol o 20 mg de valerato de estradiol, IM) en las búfalas en anestro, puede resultar en el prolapso cervico-vaginal [32].
Diagnóstico
La protrusión de una masa sucia de aspecto feo es una pista obvia (Fig. 1a y Fig. 1b) y un diagnóstico presuntivo es frecuentemente realizado por el propietario. Los prolapsos son comunes durante los últimos 2 meses de embarazo en la búfala aunque también pueden ocurrir a los 4-5 meses de embarazo [7]. En casos leves, la parte prolapsada puede volver a su posición normal cuando el animal se levanta y, a menudo, los propietarios vuelven a meter la parte prolapsada cuando todavía está fresca [17]. Cuando el prolapso permanece fuera por períodos prolongados generalmente se hincha, se inflama y se infecta. Cuando el prolapso persiste por períodos excesivamente prolongados, la necrosis y la gangrena ocurren debido a la interrupción vascular y puede producirse trombosis. En los casos no atendidos que sufren de prolapso cervico-vaginal puede presentarse una descarga vaginal purulenta [17], hay licuefacción del tapón cervical con la consecuente muerte y maceración del feto, pero rara vez muere la madre. El animal puede presentar contracciones y tenesmo que pueden ser intermitentes o constantes dependiendo del grado de prolapso, del tiempo transcurrido desde el prolapso y de la inflamación que posteriormente se desarrolla [4,5].
El pronóstico de prolapso del cérvix y de la vagina depende de la severidad de la condición y del tiempo que lleve de existencia. Excepto en casos extremos o severos, el pronóstico es generalmente de reservado a bueno para la vida del animal, y el feto, siempre y cuando el tratamiento sea rápido y el cuidado posterior sea bueno [9,14]. En la mayoría de los casos extremos complicados por el prolapso adicional del recto (Fig. 2 and Fig. 3), la muerte del feto, metritis séptica, necrosis del órgano prolapsado, septicemia o constantemente pujar violentamente, el pronóstico es de reservado a malo [16].
Figura 2. Prolapso vaginal preparto en una búfala embarazada de 8 meses. Debido a la tensión constante, el recto también se ha prolapsado.
Figura 3. Prolapso vaginal preparto en una búfala embarazada de 6 meses. El prolapso rectal es severo.
Tratamiento
El método de tratamiento seleccionado para tratar el prolapso de la vagina y el cérvix variará según la gravedad del trastorno, la etapa de gestación y la capacidad del propietario para cuidar y observar al animal hasta después del parto. El veterinario debe aconsejar al dueño para que mantenga al órgano envuelto en un paño suave húmedo y limpio hasta que llegue el veterinario a la granja. El reemplazo del prolapso de regreso a su posición normal debe ser el primer objetivo de la terapia. El órgano debe ser levantado para liberar la presión sobre la vejiga, lo que facilita la capacidad del animal para orinar sin dificultad [10,33]. El órgano debe ser lavado con agua y jabón para eliminar la suciedad y las heces. A menudo, cuando el órgano se agranda debido al edema, la aplicación de azúcar, sal y alcohol ayuda a reducir el edema [4,5]. El uso de anestesia epidural en la reducción del puje antes de reducir el prolapso debe limitarse a algunos casos específicos, ya que la anestesia epidural disminuiría las contracciones genitales que son útiles en el reposicionamiento del órgano después de su reubicación.
El órgano debe estar suficientemente lubricado con parafina o aceite suave y reubicado mediante la inversión lenta con presión constante. Esto es más fácil de realizar en un animal parado que cuando el animal está acostado. Una vez la parte prolapsada ha sido reubicada, el operador debe mantener su mano dentro de la vagina por algún tiempo y entonces retirar su mano lentamente. Cuando los animales pujan fuertemente, el prolapso con frecuencia tiende a reaparecer por lo que inicialmente pueden darse algunos sedantes. La administración epidural de 0,05 mg/kg de xilazina para reducir presión por 22 horas y a menudo impide la recurrencia [34].
El objetivo del tratamiento es el de mantener al órgano en su posición normal hasta un parto normal. Por lo tanto, una jareta en la vulva es de valor práctico en las búfalas lecheras gestantes y es un método frecuentemente empleado para prevenir la recurrencia del prolapso cervico-vaginal [6,10,30,33,35]. Las jaretas hecha con cuero, cinta de tela ancha (Fig. 4 and Fig. 5) y cuerdas son buenas. La jareta debe ser acolchonada con toallas pequeñas. Una jareta floja puede ser de poco valor y una jareta demasiado apretada puede causar necrosis por presión.
Figura 4. Jareta aplicada a una búfala con prolapso vaginal preparto.
Figura 5. Un método diferente de aplicación de la jareta en una búfala con prolapso vaginal preparto.
Se ha sugerido una amplia variedad de patrones de suturas para retener al órgano prolapsado en su sitio, incluyendo la sutura de Bühner, la sutura de lazo de bota, suturas de Flessa y la sutura de colchonero horizontal interrumpida (Fig. 6) [4]. A menudo, cuando el cuidado después de la colocación de estas suturas no es apropiado, o el pujo es violento, las suturas no se mantienen bien, resultando con frecuencia en el desgarro de los tejidos y/o la contaminación del área de sutura. La cinta umbilical es útil para las suturas en bolsa de tabaco comúnmente empleadas en la búfala [17,36,37]. Se han descrito dos técnicas de reparación quirúrgica para prolapso vaginal y cervical en las búfalas. Estas incluyen la vaginopexia (Método de Minchev) en el cual las paredes vaginales son atadas a los músculos de la grupa [36] y la cervicopexia (operación de Winklers) en la cual el cérvix es fijado al tendón prepúbico, para lo cual se necesita de agujas especiales y suficiente practica para una colocación adecuada [8,38]. Sin embargo estas técnicas son difíciles de efectuar y por lo tanto no han ganado popularidad [38]. Se recomienda también la operación de Caslicks [4] pero esta es con frecuencia subóptima ya que el pujo constante es común en vacas lecheras y búfalas. El pujo constante es un también un problema común después de la reposición del órgano prolapsado. El empleo de una lubricación adecuada, ungüentos anestésicos, cremas emolientes y sedantes suaves antes de la reposición, con frecuencia reduce el pujo. Otros métodos sugeridos para reducir el pujo incluyen la anestesia epidural (4 ml de procaína al 2% en alcohol etílico al 50%) [17] pero su eficacia es a menudo subóptima y por lo tanto no puede recomendarse para la práctica rutinaria.
Figura 6. Suturas de colchonero horizontal aplicadas a la vagina de una búfala con un prolapso vaginal preparto.
Para sustituir a los procedimientos quirúrgicos más antiguos, se ha sido sugerido la histeropexia laparoscópica [39] para los pacientes humanos con prolapso uterino recurrente. Los procedimientos laparoscópicos para vaginopexia y cervicopexia deben ser evaluados experimentalmente y comparados con los procedimientos quirúrgicos de rutina. Se recomienda la terminación de la gestación en la búfala con gestación avanzada con prolapso cervico-vaginal recurrente [40,41]. Para ello, una combinación de prostaglandina y dexametazona es una buena recomendación [42].
A pesar de las muchas técnicas descritas, la terapia del prolapso vaginal preparto es algunas veces imperfecta. La administración parenteral de calcio (150 ml SC), fósforo, antibióticos [17,30] e inyecciones de progesterona (500 mg IM) [7] a menudo son provechosos pero a veces pueden conducir a efectos subóptimos. El autor considera que entre más pronto se reemplace el prolapso y se proporcionen amplios cuidados, mayor es la probabilidad de eficacia terapéutica, y opiniones similares han sido expresadas por otros autores [9]. El cuidado de los animales con prolapso incluye poco ejercicio, alimentación con dietas menos voluminosas, evitar alimentos estrogénicos (si se están dando) y observación frecuente de estos animales. Se ha informado que la alimentación de semillas de Argyreia speciosa previene el prolapso recurrente en la búfala [43] pero el estudio incluyó un número extremadamente pequeño de búfalas. Asimismo, el uso de la medicina homeopática Sepia 200 administrada por vía oral ha mostrado cierta promesa en la prevención del prolapso recurrente [32] pero no se ha demostrado experimentalmente.
Torsión del útero
La torsión uterina es la rotación del útero gestante a lo largo de su eje longitudinal. La condición es bien conocida en búfalas de agua parturientas [3,44-46] y se considera la causa principal de distocia en esta especie [45,47,48]. El problema ocurre menos comúnmente durante mediados de la gestación [49]. En nuestros propios estudios la torsión uterina a mediados de gestación se registró sólo en dos búfalas de agua de un total de 53 casos de torsión uterina [47]. El análisis de 529 partos en búfalos Surti durante un período de 10 años (2001-2011) en nuestra granja de la Universidad no reveló torsiones uterinas en la mitad de la gestación [5]. Sólo un 2% del total de las torsiones uterinas en un estudio previo, ocurrieron antes del final de la gestación en las búfalas de agua [50]. Un estudio reciente, sin embargo, informó una incidencia excepcionalmente alta de 58,4% de torsión uterina en las búfalas de agua egipcias durante el último trimestre de la gestación [51] con una alta mortalidad fetal.
Etiología
La etiología de la condición no se conoce bien, aunque se ha citado como causa más frecuente el posicionamiento anatómico del útero grávido, la débil musculatura de los ligamentos anchos [52,53] y los movimientos fetales excesivos [54].
Diagnóstico
La torsión uterina a la mitad de la gestación se manifiesta por cólico leve, algunas veces con síntomas de pujo medio a severo. Los animales se vuelven anoréxicos y muestran evidencias de un leve grado de estreñimiento. El diagnóstico depende de la localización de los ligamentos anchos por palpación transrectal siendo relativamente fácil durante el final de la gestación pero difícil en las torsiones uterinas que ocurren durante la gestación temprana. Se ha mencionado recientemente la ultrasonografía transabdominal para evaluar la viabilidad fetal y la ecogenicidad de los líquidos fetales en la torsión uterina en búfalas de agua afectadas [55] pero las características ecográficas no fueron descritas en este estudio. El diagnóstico preparto de la torsión uterina es difícil debido a los signos clínicos débiles y los pocos hallazgos palpables cuando ocurre antes del término. Por lo tanto, los propietarios deben solicitar que sus animales sean examinados rectalmente si los animales muestran signos de cólico.
Tratamiento
El tratamiento de torsión uterina gestacional y torsión uterina al parto es similar [45]. Las torsiones uterinas de grado leve pueden ser corregidas con facilidad mediante la rotación del animal. La administración de progestágenos debe considerarse de manera cuidadosa ya que los animales con frecuencia completan su gestación sin ninguna dificultad después de que se haya corregido una torsión uterina. En los casos en que la torsión uterina ha persistido durante un largo período de tiempo, puede producirse la muerte fetal debido a alteraciones circulatorias, y en estos casos debe considerarse la interrupción de la gestación [42].
Hernia abdominal
Las hernias umbilical, inguinal, perineal y diafragmática cuando son suficientemente grandes, aumentan la probabilidad de que un útero gestante entre en el saco herniario. Las hernias umbilicales son hereditarias, pero por lo general son pequeñas (en tamaño) en la búfala [56] sin embargo, los animales con hernias de gran tamaño no deben usarse como progenitores ya que pueden presentar dificultades cuando el útero grávido desciende en la hembra gestante. Las hernias inguinales son hereditarias o adquiridas y se sabe que son poco comunes en la búfala de agua. Las hernias inguinales suelen ser unilaterales y se caracterizan por una hinchazón en la región inguinal que puede llegar a ser progresivamente mayor (si el cuerno uterino está presente en el saco herniario) a medida que progresa la gestación. La hernias perineales son poco comunes en la búfala de agua [57,58] y rara vez son concomitantes con la gestación.
En ocasiones se observan hernias ventrales unilaterales en búfalas de agua [59] pero rara vez durante la gestación avanzada (Fig. 7). La hernia puede estar presente incluso antes de la gestación y por lo general es el resultado de un traumatismo (debido a golpes con los cuernos u otros). Están más comúnmente ubicados en el lado derecho del abdomen. Las hernias no pueden plantear ninguna dificultad hasta que una porción del útero entra en el saco herniario que es fácilmente palpable. El parto puede ser difícil debido a la incapacidad de los músculos abdominales de contraerse de manera uniforme y fuerte y forzar al feto fuera del canal del parto. La reparación quirúrgica de la hernia cuando es suficientemente grande, solo está indicada en animales valiosos [60].
Las hernias diafragmáticas son el tipo más común de hernias descritas en la búfala [61-66] incluyendo su corrección quirúrgica por el método transtorácico [67] o transabdominal [62].
Figura 7. Hernia ventral izquierda en una búfala Nagpuri gestante (Foto cortesía de: Prof N.M. Markandeya, Parbhani Maharashtra, India).
Diagnóstico
La mayoría de las hernias son fáciles de diagnosticar debido a la inflamación / ampliaciones que son visibles y palpables. Las hernias diafragmáticas pueden ser confirmadas por ecografía [65,66].
Tratamiento
Cuando se observa durante la mitad de la gestación la mayoría de las hernias no pueden ser corregidas quirúrgicamente y deben manejarse para la terminación exitosa de la gestación utilizando correas de lona para soporte abdominal y con restricción de los movimientos. A menos que sean muy grandes, las hernias rara vez crean un problema durante la gestación. En su mayoría plantean problemas en el momento del parto.
Ruptura del tendón prepúbico o desmorrexis prepúbica
Esta condición se observa más comúnmente durante la gestación en la yegua [68,69] y rara vez en la búfala de agua [70]. La condición se observa con más frecuencia en las yeguas de tiro que están ociosas y bien alimentadas, e infrecuentemente en las yeguas ligeras [4]. La condición es bastante rara en el búfalo debido a la presencia del tendón subpúbico, una estructura que es inexistente en caballos. Esta estructura en las vacas y la búfala de agua proporciona un apoyo adicional para el tendón prepúbico [4,5]. El edema severo del piso abdominal al final de la gestación en la búfala de agua debe considerarse seriamente.
El aumento del peso del útero grávido, los traumatismos, los gemelos, las hidropesías de las membranas fetales y los fetos gigantes son factores predisponentes. El incremento del peso del útero grávido, trauma, gemelos, hidropesía de las membranas fetales y fetos gigantes son factores predisponentes. Debido a una ruptura transversa del tendón prepúbico, el útero grávido cae hacia abajo en un saco formado por la piel y los músculos cutáneos.
Diagnóstico
Los síntomas de agrandamiento repentino de la región abdominal, dolor intenso y cólico, respiraciones rápidas pueden aparecer repentinamente o lentamente. Cuando la ruptura es traumática, a veces el animal puede caer debido a choque y posible hemorragia. Cuando la ruptura es traumática un animal puede algunas veces colapsar debido al shock y posible hemorragia. Los animales con rupturas son reacios a echarse. Los animales tienen una apariencia típica de caballete, con elevación de la cola. El pronóstico de la ruptura del tendón prepúbico es siempre malo.
Tratamiento
El tratamiento con frecuencia no tiene éxito. El movimiento del animal debe ser restringido y las dietas voluminosas deben ser evitadas.. Se recomiendan los laxantes. Es conveniente la colocación de correas anchas y fuertes ajustadas firmemente alrededor del abdomen, para transferir el peso del abdomen a la columna vertebral. Debe considerarse la inducción del parto y los animales deben ser cuidadosamente controlados para proporcionar cualquier ayuda al parto [39]. En algunos casos se pueden indicar cabestrillos. Se sugiere la cesárea para animales valiosos, especialmente para salvar a la ternera.
Recumbencia periparto
Existe un gran número de causas de recumbencia durante la gestación. La mayoría de estas condiciones se presentan o agravan durante la gestación avanzada, en donde hay un período de crecimiento rápido del feto acompañado de una relajación progresiva del ligamento pélvico y un incremento del tamaño y desarrollo de la ubre [71]. La recumbencia periparto es menos frecuente en la búfala de agua. Muchos factores descritos para el decúbito periparturiento en el ganado incluyen deficiencias nutricionales, enfermedades infecciosas, traumatismos, trastornos metabólicos y hidroalantoides [4] y algunos de estos factores probablemente podrían existir en la búfala de agua.
Hipomagnesemia periparto (tetania de los pastos) e hipocalcemia
Ambas condiciones por lo general ocurren en vacas lecheras en pastos exuberantes como pastos de trigo o vacas pastando en pastos que han sido fertilizados abundantemente con potasio [4,5]. Los animales están anoréxicos y tienen baja temperatura corporal y entran en recumbencia. Las vacas con deficiencia de magnesio pueden manifestar signos nerviosos [4].El diagnóstico a menudo depende de los perfiles de suero y los signos clínicos [72,73]. La terapia incluye la administración de calcio [72] o magnesio [74]. Se ha informado de hipocalcemia en búfalas de agua en gestación avanzada [72,75] con niveles séricos de calcio de hasta 5.6 mg/dl, aunque las deficiencia de calcio es considerada rara en búfalas de agua, siendo frecuente la deficiencia de fósforo [13]. Además muchos estudios en búfalas de agua con prolapso vaginal preparto han demostrado deficiencias de calcio y fósforo [7,12,16,17,20-22,76] pero estas búfalas de agua no mostraron hipocalcemia clínica; por lo que parece que la hipocalcemia preparto y la hipomagnesemia son infrecuentes en la búfala de agua. La hipomagnesemia subclínica en la búfala de agua a menudo no se manifiesta clínicamente.
Gestación prolongada
La gestación prolongada rara vez se presenta en búfalas de agua. Muchas veces los registros inapropiados o los olvidos o la no vigilancia por parte de los propietarios son los culpables. Algunas veces se cree que el animal está gestante en una fecha en particular pero de hecho, después el animal retornó al estro y fue servida por el toro, lo cual no fue notado por el propietario. Además, puede haber alguna variación en la longitud de la gestación de varias razas. Del mismo modo, los terneros de ciertos toros están predispuestos a una gestación más larga. Los terneros macho tienden a tener una gestación ligeramente más larga. La gestación prolongada se sospecha con frecuencia en casos de momificaciones fetales. En la búfala de agua se ha informado de varias enfermedades como BVD e IBR que causan de daño pituitario con la consiguiente gestación prolongada [77]. Las condiciones como la hidrocefalia pueden conducir a la falta de apoyo pituitario para el inicio del parto. La ausencia de pituitaria fetal o mal funcionamiento pituitario puede por lo tanto, resultar en una gestación prolongada. Se sabe que la alimentación de algunas plantas tóxicas como Veratrum californicum resulta en una gestación prolongada en las ovejas. El diagnóstico de una gestación prolongada depende de registros eficientes en ausencia de los cuales la mayoría de los procedimientos de diagnóstico actualmente disponibles son subóptimos. La terminación de una gestación prolongada por lo general implica la administración combinada de prostaglandina y corticoesteroides a las búfalas de agua [42].
Descarga vaginal durante la gestación
Es usual una ligera descarga mucoide en las búfalas de agua después del 5-6 mes de gestación; sin embargo, debe investigarse una descarga mucopurulenta inmediatamente en busca de piometra, vaginitis o pielonefritis en vez de una gestación. Las búfalas de agua gestantes que desarrollan vaginitis [78] pueden atraer los machos. Siempre es aconsejable el efectuar un examen por seguido de un examen transrectal en los animales afectados. Los animales con varices pueden desarrollar sangrado pero esto no ha sido reportado en la búfala.
La secreción vaginal manchada de sangre es con frecuencia indicio de un aborto inminente y debe investigarse inmediatamente. Es pertinente examinar la vagina y el cérvix por espéculo vaginal. Cuando el cérvix está dilatado, es muy posible que el aborto se presente poco tiempo después. A menudo los clínicos administran progestágenos a tales animales lo cual debe evitarse ya que frecuentemente resulta en maceración fetal en las búfalas de agua lo cual complica el resultado clínico. También debe examinarse la pared vaginal en busca de desgarros y si es posible suturar o poner compresas frías e instituir una terapia con antibiótico local en tales casos.
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1. Khan HM, Mohanty TK, Raina VS, et al. Effect of peripartum disorders on reproduction traits in Murrah buffaloes at an organized farm. Buffalo Bull 2009; 28:176-183.
2. Ibrahim M. Epidemiological investigation into economically important livestock diseases in district Mardan. MVSc Thesis University of Lahore Pakistan. 1992.
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Affiliation of the authors at the time of publication
Department of Veterinary Gynecology and Obstetrics, College of Veterinary and Animal Science, Rajasthan University of Veterinary and Animal Sciences, Bikaner Rajasthan India.
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