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Complicaciones fetales de la gestación en búfalas: etiología, diagnóstico prenatal y manejo
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Los problemas fetales que ocurren durante el embarazo en la búfala incluyen muerte fetal, (aborto, momificación, maceración), anormalidades en el desarrollo fetal (monstruos fetales, condiciones de hidropesía fetal) y embarazos ectópicos [1]. La etiología de la mayoría de estas condiciones está escasamente descrita. Aunque ampliamente estudiado en las gestaciones humanas, los datos son escasos en las manifestaciones ecográficas de cualquier anomalía en el último trimestre de la gestación [2]. El objetivo del diagnóstico fetal prenatal de anomalías es ofrecer la interrupción del embarazo en los seres humanos, para las enfermedades que pueden ser potencialmente fatales y para las cuales aún no hay una terapia adecuada o específica. El enfoques de diagnóstico prenatal fetal en humanos incluyen la ecografía, resonancia magnética, el muestreo de vellosidades coriónicas, amniocentesis y el muestreo de sangre fetal [3]. En el ganado vacuno y ovino, se han generado en los últimos años datos sobre los enfoques para detectar el bienestar fetal [2,4-10] para el establecimiento de parámetros fetales normales [10] y a causa de la mayor incidencia de trastornos fetales debidos al uso de técnicas de reproducción asistida. Condiciones similares no se conocen en el búfalo y por su abdomen profundo y espacioso, los datos generados en el ganado son menos útiles. En años recientes, se han generado algunos datos sobre evaluaciones ecográficas del diámetro de la vesícula amniótica (DVA), longitud cráneo-rabadilla (LCR) y el diámetro biparietal (DBP) [11] o el grosor combinado del útero y de la placenta (CTUP) a través de la gestación bufalina normal [12]. Estas evaluaciones probablemente puedan servir como base para la predicción de gestaciones patológicas en la búfala. La interrupción de una gestación con trastornos fetales conocidos todavía no es común en la búfala, excepto bajo ciertas condiciones específicas. La continuación de una gestación posterior a una muerte fetal puede conducir a la momificación fetal o la maceración lo cual es indeseable y por lo tanto debe interrumpirse la gestación. Los monstruos fetales y trastornos de hidropesía se detectan frecuentemente al parto más que durante la gestación. Las complicaciones de la gestación se mencionan por su etiología, el diagnóstico prenatal y manejo de las búfalas.
Incidencia
La incidencia global de complicaciones fetales durante la gestación parece ser baja en bufalos, sin embargo, la incidencia se basa en los datos de partos o en las proporciones de partos difíciles. Los datos en una granja organizada de búfalos Surti, desde el 2001 hasta julio del 2011, incluyendo 529 partos, revelaron que la incidencia de abortos fue del 3.96%, y 4.53% de los becerros nacieron muertos o murieron poco después del nacimiento. No hubo casos de momificación fetal, hidropesía fetal o monstruos fetales en este estudio [1]. Las evaluaciones previas en búfalos Murrah indicaron que la incidencia general de nacimientos anormales fue de alrededor del 5% [13,14]. Las tasas de abortos descritas en otra parte, son similares [15]. En nuestro estudio anterior que incluyó 156 casos de distocia en bovinos y búfalos, se registraron cero incidencias de complicaciones fetales en el búfalo [16]. En un análisis más reciente que incluyó a 112 casos de distocia en búfalos (1996-2010), registramos una incidencia de cero para hidropesía fetal y monstruos fetales en búfalos [17].
1. Complicaciones fetales
1.0. Muerte fetal
El embrión se denomina feto a partir de los 45 días en el bovino cuando comienza la diferenciación y organización celular en el embrión bovino en desarrollo [17]. El feto con sus membranas se conoce como concepto. La muerte de un embrión en desarrollo /feto puede ocurrir en cualquier momento de su vida intrauterina. La muerte del embrión antes de los 45 días de gestación se considera como muerte embrionaria temprana [18,19], y se considera como infertilidad. Cualquier muerte fetal más allá de éste tiempo se considera como aborto. Los cambios o las afecciones del feto durante la gestación media o tardía, pueden dar lugar a un feto comprometido que podría dar lugar a un feto con forma, estructura o función alterada (monstruos fetales, condiciones de hidropesía fetal), pero estos fetos pueden seguir creciendo hasta llegar a término. Cuando el feto está muy comprometido, ocurre la muerte fetal. Un feto muerto puede nacer dentro de las 24 a 72 horas después de su muerte (aborto) o puede permanecer en el útero con el consiguiente encogimiento o reabsorción (momificación fetal) o autolisis (maceración fetal) dependiendo de si el cérvix está o no abierto [1]. El nacimiento de un feto muerto depende del funcionamiento de los mecanismos feto-maternos de señalización entre el útero, los ovarios y la hipófisis [20].
1.1. Aborto
El aborto se ha definido de varias maneras, sin embargo la definición más adecuada sería el nacimiento prematuro (antes de completar el período de gestación) de un feto muerto/vivo que es incapaz de vivir independientemente (Día 45 a 260 de gestación) en el bovino [1]. Jo y Peeva [21] consideran los nacimientos hasta los 270 días como un aborto en la búfala. Se define igualmente al aborto como la expulsión prematura del feto, que usualmente ocurre porque el feto ha muerto dentro del útero o ha perdido su unión con el endometrio materno. Los fetos bovinos generalmente son incapaces de vivir independientemente cuando son expulsados antes de completar los 8 meses de gestación. Los fetos expulsados después de éste período son por lo tanto denominados "nacimientos prematuros o partos". Las causas del aborto en los búfalos y las tasas de aborto son similares a las del ganado [22] e incluyen causas físicas, genéticas/cromosomales, nutricionales, químicas, provocadas por fármacos, hormonales, infecciosas (bacterias, virus y hongos), o misceláneas. Casi todas las bacterias, virus y hongos resultantes en abortos en ganado han sido aislados en búfalos [23-26].
Un agente infeccioso puede en algunos casos producir aborto en un gran número de animales, o las bacterias oportunistas pueden producir abortos esporádicos. En otras ocasiones, una enfermedad generalizada en un animal individual puede tener un aborto como resultado inusual. El diagnóstico prenatal de aborto con frecuencia no es posible en los rumiantes domésticos grandes [1] y las investigaciones se centran en la evaluación de la causa de aborto a partir del material abortado o del feto(s) (Fig. 1).
Figura 1. Feto de búfalo de 5 meses abortado.
La viabilidad fetal o la muerte durante la gestación avanzada se define clásicamente por la respuesta fetal a la manipulación táctil vía recto-genital en los grandes rumiantes, sin embargo, la viabilidad fetal puede ser evaluada utilizando parámetros hormonales, químicos y ecográficos [8]. Los parámetros ecográficos que predicen la muerte fetal en el ganado incluyen la ausencia de movimientos fetales o latidos cardíacos fetales [27]. Las bajas concentraciones de sulfato de estrona materna o proteínas placentarias, incluyendo a la glicoproteína asociada a la gestación (PAG) y la proteína específica de gestación B-60 (PSPB-60) [8] son otros de los indicadores de compromiso fetal. Cuando se observa por ecografía, la muerte fetal siempre va precedida por una reducción visible de la cantidad de líquido alantoideo y la segregación de la membrana alanto-coriónica desde el endometrio [28]. El examen del desarrollo fetal o la muerte durante la gestación no se realiza rutinariamente, por lo tanto las curvas de referencia para el crecimiento fetal normal son escasas y hay una variación considerable de los valores fisiológicos normales [8]. No se dispone de informes sobre el uso del monitoreo ecográfico del bienestar fetal en el búfalo. Una vez que el proceso de aborto ha comenzado, poco se puede hacer para detenerlo. A menudo, los clínicos inyectan una dosis de progesterona cuando se presenta una queja de descarga vaginal de secreciones de moco o sangre o contracciones constantes en una bufala gestante. Es importante mencionar que tales casos deben examinarse primero a fondo [1]. Las secreciones vaginales pueden ser originadas por vaginitis y a veces los animales con estas secreciones pueden incluso atraer a los machos. Además, inyectar progesterona parenteralmente a una hembra en la cual el proceso de aborto ha comenzado y en donde el cérvix se ha abierto, podría ser nocivo, ya que demora la expulsión de un feto muerto o comprometido lo cual es indeseable. Esto a veces puede incluso resultar en maceración fetal. Por lo tanto, se sugiere examinar animales que muestren signos de aborto e iniciar la terapia preventiva sólo si el cérvix está cerrado. Cuando un feto muere en el útero, generalmente es expulsado dentro de las 24 a 72 horas después su muerte [1].
1.2. Momificación fetal
La muerte fetal sin aborto y sin lisis del CL durante el final del primer y comienzo del segundo trimestre de gestación en la vaca o la búfala produce cambios autolíticos en el feto con la absorción de la placenta y líquidos fetales y encogimiento del útero y del feto. Esto se conoce como momificación fetal. El cérvix se encuentra cerrado en esta condición, y el feto es estéril [1]. Puesto que el CL está intacto, el feto momificado continúa dentro del útero y la madre permanece en anestro. La incidencia de momificación fetal en la búfala es baja (0.01%) [29]. La muerte fetal antes de la formación de los huesos fetales no resulta en momificación ya que todo el contenido puede ser reabsorbido. Rara vez se ha observado en la búfala uno o más fetos momificados en el útero con uno o más fetos viables [30-33]. En las búfalas la momificación es hemática [30,31] al igual que en el ganado. En el ganado y en búfalos, cuando las carúnculas placentarias involucionan después de la muerte fetal, ocurre una hemorragia entre el endometrio y las membranas fetales. Esto le da una coloración rojo marrón al feto y por eso la momificación se conoce como hemática. La momificación se presenta en búfalas de todas las edades y se ha registrado en varias razas [1,17]. Las causas de momificación se han descrito muy poco y se considera que los agentes infecciosos como el Campilobacter fetus, hongos, leptospirosis y virus del BVD-MD que causan la muerte fetal sin aborto, pueden resultar en momificación en el ganado [34]. Debido a que la mayoría de estas enfermedades también se sabe que se producen en los búfalos, estas pueden probablemente tener consecuencias similares en esta especie [33,35]. Se sabe que el envenenamiento con plantas toxicas es causa de momificación fetal [36]. La torsión del cordón umbilical a veces puede ser causa de momificación. La condición puede ser diagnosticada durante el examen rutinario de gestación o a veces cuando los animales son presentado por anestro. Las novillas primíparas son a veces remitidas al clínico con historia de regresión de la ubre que anteriormente estaba bien desarrollada [1]. La palpación transrectal revela un útero desprovisto de líquidos que está envuelto herméticamente alrededor de un feto firme y pequeño con una cabeza como de pájaro (Fig. 2). Los orificios oculares vacíos (Fig. 2, Fig. 3) suelen reconocerse fácilmente por palpación [1]. A medida que el feto se momifica, la pared uterina se contrae y envuelve estrechamente al concepto. Cuanto más tiempo perdure la condición, los tejidos del feto se volverán más secos, firmes y con apariencia de cuero (Fig. 4, Fig. 5). La pared uterina se vuelve gruesa y el animal permanece en anestro debido a la persistencia del CL. Ecográficamente las paredes del útero están engrosadas, no se ve líquido no ecogénico, pueden verse las áreas ecogénicas e hiperecogénicas de los huesos (Fig. 6) [37]. Algunas veces los animales no son remitidos por largos períodos y los fetos momificados dentro del útero pueden estar embebidos en la pared uterina. El autor ha visto un caso raro de momificación de un feto que alcanzo el perimetrio del útero [nota del traductor: perimetrio: es la capa serosa externa o cubierta peritoneal del útero]; también se ha informado de un caso de momificación fetal junto con una torsión uterina en bovinos [38].
Figure 2. Feto de búfalo momificado expulsado después de una inyección de PG.
Figura 3. Feto de búfalo momificado recuperado por cesárea.
Figura 4. Feto de búfalo momificado recuperado por cesárea. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
Figura 5. Feto de búfalo momificado recuperado manualmente de la vagina. (Foto cortesía del Dr. Sanjay Purohit, Editor, Ruminant Science, Mathura, UP, India).
Figura 6. Imagen ecográfica de un feto de búfalo momificado. La pequeña cabeza como de pájaro es visible.
La terapia para un feto momificado es sencilla cuando se diagnostica tempranamente. Los fármacos que causan lisis del CL como los estrógenos y las prostaglandinas son útiles en el parto de los fetos momificados dentro de las 48-72 horas en los búfalos [39]. Los clínicos deben reexaminar a los animales tratados con tales tratamientos, ya que a veces el feto puede alojarse en el cérvix o en la vagina [40,41] desde donde debe ser removido manualmente.
En los casos de larga duración, una o varias de las terapias médicas como el uso de prostaglandinas, estrógenos, isoxsuprina HCl o ritodrina, pueden dilatar el cérvix pero fallar en la expulsión de feto, el cual está fuertemente adherido a la pared uterina. En tales casos continua la evidencia de anestro [42].
En tales casos, si los cuernos uterinos están suspendidos en la cavidad abdominal por delante del borde pélvico, la momia puede ser extirpada quirúrgicamente mediante laparotomía bajo bloqueo del nervio paravertebral. Sin embargo, no es posible extirpar quirúrgicamente a un feto momificado de un útero que se encuentra en gran medida en la cavidad pélvica [1]. Cuando se extirpa quirúrgicamente, grandes porciones del útero tienen que ser incisas para eliminar a un feto momificado que lleva un tiempo prolongado profundamente incrustado en el útero. La colpotomía e histerectomía es otra técnica sugerida para la eliminación de la momia en vacas inestimables [43,44]. La fertilidad de un animal después de la remoción médica de un feto momificado es buena puesto que el feto es en su mayoría estéril [45]. Sin embargo, la fertilidad posterior a la remoción quirúrgica de un feto momificado profundamente incrustado en el útero es de moderada a mala [1].
1.3. Maceración fetal
La maceración fetal es la desintegración de un feto que ha muerto después de la formación de los huesos fetales (más allá del 4° mes de gestación en la vaca y la búfala) y que no ha sido abortado, aunque el cérvix esté abierto [1]. Aunque es poco común, la razón por la cual un feto muerto no es expulsado puede ser la dilatación parcial del cérvix, inercia uterina o una presentación anormal de un feto bastante seco lo cual causa que sea retenido en el útero [34]. La invasión bacteriana del feto conduce a un enfisema y maceración fetal (3 a 4 días). Se presenta la formación de gran cantidad de pus (24-48 horas) y los huesos del feto se separan [29,46]. El animal presenta una descarga vulvar copiosa de una secreción fétida, gris-rojiza (Fig. 7a, Fig. 7b) y la hembra puja frecuentemente [47]. Puede desarrollarse fiebre y anorexia debido a la infección. La condición es notada por los propietarios cuando el animal gestante presenta una descarga de pus fétido. Rara vez puede ser diagnosticado durante el examen de gestación.
La condición puede ser diagnosticada por la historia, el hallazgo de un pedazo de hueso alojada en el cérvix, por palpación rectal (huesos fetales libres palpables en pus crepitante y una pared uterina pastosa y gruesa) y ultrasonografía (hallazgo de huesos dispersos hiperecogénicos en Un líquido ecogénico o no ecogénico con pus flotante ecogénico) [37]. El animal debe ser examinado por vagina y cualquier pedazo de hueso alojado en la vagina o cérvix debe ser removido manualmente si el cérvix está dilatado. La infusión de grandes cantidades de solución salina normal en el útero ayuda a la expulsión del pus y de los pedazos de hueso 24 Horas después [1]. Cuando el cérvix no está abierto, pueden administrarse prostaglandinas o estrógenos para lisar el CL parcialmente lisado y/o aumentar las contracciones uterinas [39]. Es necesario lubricar suficientemente y remover suavemente los huesos. Algunas veces se requieren varios días para que el útero quede libre de todo el pus y los huesos. La terapia de apoyo con antibióticos, reemplazo de líquidos y corticoesteroides está indicada en casos graves. La laparohisterotomía para eliminar al feto macerado es potencialmente peligrosa y debe ser considerada como un último recurso [48,49]. Los animales no deben ser servidos por lo menos 3 a 4 meses después de la eliminación completa del feto macerado. El pronóstico siempre es malo. Rara vez los casos de larga duración pueden desarrollar peritonitis posterior a una ruptura uterina [1] u útero-fístula entérica [47].
Figura 7a. Búfala a la cual se le extrajo un feto momificado (ver la imagen siguiente Fig. 7b).
Figura 7b. Feto bubalino macerado expulsado. La maceración no fue completa y solo la piel y las pezuñas estaban desintegradas.
Figura 8. Imagen ecográfica de un feto bubalino con maceración completa. Son visibles el material ecogénico (pus) y pedazos de hueso.
2. Anormalidades del desarrollo fetal
2.0. Monstruos fetales
Un monstruo fetal es un individuo que ha sufrido graves daños durante la gestación sin morir y generalmente cambiando su apariencia [1]. La etiología de las monstruosidades sigue sin ser bien entendida. Muchos de los defectos congénitos son heredados mientras que otros son debidos al medio ambiente (nutrición, toxinas e infecciones). Los cambios generalmente ocurren en el concepto durante el período embrionario (Día 14 a 45 de gestación). Aunque es poco común en la mayoría de los rebaños de ganado de leche y de carne, las anormalidades congénitas se encuentran en vacas de todas las razas y son propagadas como resultado de una característica específica de selección que inadvertidamente resulta en la propagación del defecto [50].
El patrón de herencia más común es un rasgo recesivo simple. Se ha informado de un gran número de monstruosidades fetales en las especies de búfalos [17], pero no se ha determinado que ninguno sea de origen genético. Hay muchos agentes teratógenicos presentes en el medio ambiente. Cada uno afecta a una o varias especies animales. Algunos de ellos incluyen al tabaco, cicuta, lupino, astrágalo, pasto Sudan y hasta las papas [51-53]. Las infecciones virales como lengua azul, virus de Akabane, la enfermedad de frontera (Border Disease), virus del valle Cache y DVB pueden dar origen a defectos congénitos en el ganado [54-56] y muchas de estas enfermedades afectan también a los búfalos [26,57-58], por lo tanto su probable papel en búfalos no puede ser descartado. Existe escasez de datos sobre el diagnóstico prenatal de las monstruosidades fetales [1]. El diagnóstico de la causa de un defecto congénito después del nacimiento de un feto es difícil y requiere de cooperación constante de los propietarios, veterinarios, técnicos y los laboratorios diagnósticos pertinentes [59]. Las opciones terapéuticas para las monstruosidades fetales están orientadas hacia la cria seleccionada si se puede rastrear el origen del defecto. Si un defecto congénito puede ser diagnosticado durante la gestación, se sugiere la interrupción de dicha gestación [1].
2.1. Condiciones hidrópicas de las membranas fetales
El término hidropesía quiere decir la hinchazón de los tejidos blandos debido a la acumulación excesiva de líquido. Las condiciones hidrópicas de las membranas fetales son hidroamnios, hidroalantoides y edema del coroalantoides. Las condiciones se presentan por lo general solas pero a veces pueden encontrarse juntas. Aunque las condiciones hidrópicas de las membranas fetales se encuentran rara vez, el hidroalantoides es relativamente común en el ganado comparado con otras condiciones hidrópicas, sin embargo, las condiciones hidrópicas son menos frecuentes en el búfalo [17].
2.1.1. Hidroalantoides (hidropesía de la alantoides)
Esta condición se ve esporádicamente en búfalos [60-67] y rara vez en híbridos (ganado x bisonte) [68]. La condición está usualmente asociada con un útero enfermo en el cual la mayoría de las carúnculas en un cuerno no son funcionales y el resto de los placentomas están muy agrandados y posiblemente enfermos [69]. La condición puede observarse en vacas que llevan gemelos. Recientemente se ha observado que las condiciones hidrópicas son comunes en gestación de clones [70-73]. La anormalidad probablemente es causada por los cambios estructurales o funcionales en el alantocorion incluyendo sus vasos sanguíneos, y la trasudación y colección de líquidos parecidos al plasma. Los fetos pueden ser ligeramente más pequeños y mostrar algo de edema. Las deficiencias nutricionales se han descrito como causa de esta condición [74], sin embargo, la etiología exacta continua siendo poco entendida.
El diagnóstico preparto de la condición depende de los signos clínicos. Los signos de hidroalantoides varían dependiendo del grado de compromiso y de la etapa de la gestación En los casos leves donde la cantidad de acumulación extra de líquido alantoideo es moderada, los signos clínicos no son apreciables durante la gestación, y el aumento del líquido sólo se observa al parto cuando la inercia uterina también puede estar presente. En casos severos, la acumulación de líquido aumenta rápidamente en un período de 5 a 20 días y es reconocible clínicamente por la distención bilateral del útero y del abdomen (Fig. 9, Fig. 10) después de la mitad de la gestación. Se ha informado de un aumento de hasta 10 veces en el volumen del líquido alantoideo, hasta 200 l [69,75,76] (el volumen normal del líquido alantoideo hacia el final de la gestación es de 8-15 l) [77]. La disfunción placentaria es evidente por la aparición de una placentación adventicia caracterizada por un número reducido de placentomas (menos de 75) y el desarrollo de una placentación vellosa más primitiva en el ganado. La disfunción de los riñones fetales puede estar presente [69,78]. Se ha registrado que el corio-carcinoma es una causa de repetidas hidropesías en un búfalo lechero [78]. Los animales afectados tienen una distensión bilateral y un abdomen en forma de manzana. Están alterados, anoréxicos y no tienen actividad ruminal (debido a la compresión). Sigue la deshidratación y la constipación y eventualmente los animales pueden quedar recumbentes. Durante el examen transrectal, la pared uterina está muy apretada y es difícil de palpar al feto. Los hallazgos ecográficos en vacas no son concluyentes ya que es difícil observar al feto y sus anexos aunque los placentomas de mayor tamaño son visibles [70]. La profundidad del útero y el tamaño de la cría pueden ser factores limitantes de la ecografía en el ganado [8]. Se carece de descripciones similares en los búfalos. Cuando la condición se diagnostica temprano, el parto debe ser inducido usando prostaglandinas y corticoesteroides [39,63,79]. Sin embargo, debe tenerse cuidado en suplementar con suficiente líquido de reemplazo suplementario para evitar la muerte del animal por choque. El drenaje gradual del líquido mediante la trocarización repetida es posible, con la terapia concurrente de fluidos; Sin embargo, el líquido alantoideo fácilmente se vuelve a acumular [34]. El pronóstico para la fertilidad futura es generalmente pobre. La laparohisterotomía puede sugerirse en algunos casos que requieren la interrupción inmediata del embarazo, pero se debe tener el debido cuidado para evitar la retirada repentina del líquido alantoideo para prevenir el choque. Las vacas en las cuales se indujo el parto por el diagnóstico presuntivo de hidroalantoides en nuestro centro, murieron durante o inmediatamente después de inducir el parto [1].
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Figura 9. Búfala con hidroalantoides. El descendimiento extenso del abdomen es visible. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
Figura 10. Búfala con hidroalantoides. El descendimiento extenso del abdomen es visible. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
2.1.2. Hidroamnios (Hydrops amnii)
Hidroamnios la cual es una condición rara [34], se caracteriza por un aumento gradual o llenado de la cavidad amniótica y se asocia con un defecto congénito del feto [69,80], con anomalías fetales como alteración de la deglución o disgenesia renal o agenesia [34,80]. La condición es rara en el búfalo. La condición se desarrolla lentamente durante varios días o meses durante la última mitad de la gestación, generalmente en las últimas seis semanas de gestación en ganado [81]. Los procedimientos diagnósticos prenatales para el diagnóstico de hidramnios en bovinos y búfalos están lejos de ser perfectos y el diagnóstico visual sigue siendo el procedimiento más utilizado [1]. Mirando desde la parte trasera, los búfalos con hidroamnios (Fig. 11, Fig. 12) tienen un abdomen en forma de pera [34]. Con la excepción de las dificultades para observar al feto y a los placentomas más pequeños por ecografía, no se han descrito descripciones ultrasonográficas precisas de esta condición [70].
Por lo tanto, el diagnóstico prenatal dependiente de los signos clínicos. Se sugiere la interrupción de la gestación si la condición es diagnosticada temprano. Con frecuencia, la condición no es detectada sino hasta el parto cuando se libera una gran cantidad de líquido amniótico espeso y viscoso que ocasionalmente contienen meconio. El feto generalmente es pequeño y muere poco después debido a los defectos [82,83]. Algunas veces, puede haber inercia uterina y resultar en distocia, pero esto puede solucionarse fácilmente. El pronóstico y la futura fertilidad de las vacas y las búfalas es buena, sin embargo, si se encuentra una predisposición genética, se sugiere que tanto la madre como el padre sean descartados de la cria futura.
Figura 11. Búfala con hidroamnios. El abdomen está distendido y tiene forma de pera cuando se mira desde la parte trasera.
Figura 12. Búfala con hidroamnios. El abdomen está distendido.
2.2. Condiciones hidrópicas fetales
En el ganado vacuno y en el búfalo se discuten habitualmente tres condiciones hidrópicas fetales. En estas condiciones hay un exceso de líquido corporal, principalmente dentro de los espacios intersticiales fetales. La nomenclatura de la condición depende de la ubicación del líquido: hidrocéfalo-meninges del cerebro; ascitis de la cavidad abdominal y anasarca generalizada en todo el cuerpo. En humanos, las condiciones se denominan colectivamente como "hidropesía fetal", porque más de un tipo puede existir al mismo tiempo [84].
2.2.1. Hidrocefalia
Se ha informado de hidrocefalia en muchas razas de búfalos [68,85-89]. Se han descrito dos tipos de hidrocefalia: la hidrocefalia externa, en la cual el líquido se acumula en el espacio subaracnoideo exterior al cerebro; y la hidrocefalia interna, en la cual el líquido se acumula en los ventrículos del cerebro. El feto muere al nacer o poco tiempo después. La etiología de la hidrocefalia fetal en humanos está asociada con hemorragia intracraneal [90], anormalidades cromosómicas [91,92] y deficiencia de vitamina K [93]. En las especies bovinas se considera como responsable un gene autosómico recesivo de muchas causas hereditarias [94-96], pero las infecciones y factores nutricionales también pueden jugar un papel [97], sin embargo, la etiología exacta de la condición continúa siendo mal entendida tanto en animales como en seres humanos [90].
El diagnóstico prenatal de esta condición es importante en medicina humana porque esta puede resultar en trastornos neurológicos en los recién nacidos. La ecografía se realiza rutinariamente para diagnosticar hidrocefalia en pacientes humanos. Los ventrículos dentro de la cabeza miden más de lo normal. La amniocentesis se realiza para evaluar anormalidades cromosómicas. La resonancia magnética fetal (MRI) puede proporcionar información adicional sobre los tejidos blandos [98]. Puesto que la evaluación rutinaria a la mitad o al final de la gestación en búfalas gestantes no es común, el diagnóstico prenatal de hidrocefalia fetal no es posible.
En un informe, se estudiaron dos vacas con gestación prolongada mediante ecografía transabdominal y se detectó hidrocefalia en un feto [99]. La condición se encuentra generalmente en el momento del parto. La muerte del feto se debe a la presión sobre los centros vitales del cerebro. Por lo general los huesos frontal, temporal y parietal están involucrados, estos se deforman, se separan y se adelgazan. El diagnóstico de la condición posterior al nacimiento del feto es fácil. En la hidrocefalia es característica una frente en forma de cúpula alta (Fig. 13) y una inclinación hacia abajo de los ojos. No se sugiere ninguna terapia específica durante la gestación.
El papel de las citoquinas pro-inflamatorias (presentes en el líquido cefalorraquídeo) en el desarrollo de la hidrocefalia se ha demostrado recientemente [100], pero la eficacia de la terapia anti-inflamatoria no ha sido investigada. Cuando la distención es excesiva, el paso del feto a través del canal de parto al momento del parto puede ser difícil y se sugiere hacer cortes en la cabeza para reducir el tamaño del feto [86,89,101] y una cesárea puede ser necesaria en casos difíciles [85,86].
Figura 13. Feto bubalino con hidrocefalia y prognatismo extraído por tracción de una búfala Murrah vieja.
2.2.2. Ascitis fetal
La ascitis fetal es la acumulación excesiva de líquido en la cavidad abdominal del feto. Se sabe que ocurre en casos de brucelosis, mesoteliomas del abdomen fetal o muerte fetal con cambios autolíticos estériles [69]. Se ha informado de esta condición en bufalos [66,102-108]. Varias etiologías definidas recientemente para la ascitis fetal en seres humanos son: causas genéticas, anormalidad estructural fetal, sífilis congénita u otras infecciones, ambiente fetal, defectos placentarios, problemas renales del feto, teratógenos y causas idiopáticas [109-111]. Probablemente pueden existir causas similares en el búfalo. El diagnóstico prenatal de ascitis fetal no ha sido descrito en bovinos y búfalos. Los procedimientos diagnósticos descritos para los caballos mencionan la ecografía [112] y en los humanos estos incluyen ultrasonografía, estudios Doppler, fetoscopia y amniocentesis [111]. Se sugiere una cesárea electiva en pacientes humanos con hidropesía fetal incluyendo en ascitis fetal [113] y para los fetos nacidos en partos normales se recomienda una reparación quirúrgica [114,115]. No se han descrito enfoques similares en el búfalo. Durante el parto, el abdomen distendido del feto (Fig. 14, Fig. 15) está encajado en la pelvis y esto resulta en distocia en la vaca y en la búfala [16]. Tales fetos rara vez sobreviven y por lo tanto se hace una incisión en la pared abdominal del feto para liberar el exceso de líquido. Entonces el feto puede sacarse fácilmente en vacas y búfalas.
Figura 14. Un feto bubalino con ascitis. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
Figura 15. Un feto bubalino con ascitis. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
2.2.3. Anasarca fetal
Anasarca significa edema generalizado en todo el cuerpo (Fig. 16 y Fig. 17). La condición es rara en el búfalo [116-118]. El aborto de los fetos afectados es común entre los 4 a 8 meses de gestación en el ganado. Se ha descrito que la condición afecta al ganado Ayrshire y es causada por un gene autosómico recesivo. La mayoría de los fetos con anasarca son expulsados muertos. Cuando el feto presenta dificultades en su parto, se deben realizar cortes en muchos lugares para liberar el líquido o fetotomía y / o extracción forzada para sacar el feto. La cesárea rara vez es indicada. Las técnicas para el diagnóstico prenatal de la hidropesía fetal incluyendo la anasarca fetal en humanos, incluyen la ecografía [119] y las imágenes por resonancia magnética [120]. No se dispone de descripciones similares en el búfalo y la terapia sugerida es la terminación de la gestación [39].
Figura 16. Anasarca en un feto bubalino extraído por tracción.
Figura 17. Feto bubalino con anasarca. (Foto cortesía del Dr. Gyan Singh, Profesor Asistente, Teaching Veterinary Clinical Complex, Lala Lajpat Rai University of Veterinary and Animal Sciences, Hisar, Haryana, India).
3. Gestación ectópica
Aunque las gestaciones abdominales han sido descritas en humanos y especies animales, la gestación ectópica tubárica parece estar limitada a los primates. En otros casos anecdóticos, esta condición patológica no se presenta en los animales domésticos o de granja [121]. En una gestación ectópica primaria (verdadera), la unión feto-placenta se forma fuera del útero. Esto se ve en primates en donde la placenta es invasiva y el útero es sencillo mientras que tales condiciones no son posibles en los animales domésticos. Aunque se ha informado de gestaciones abdominales primarias en especies domesticas [122-125], no se han encontrado unidades feto-placentarias viables fuera de un útero intacto durante la última mitad de la gestación. Una gestación extrauterina secundaria es aquella en la cual el útero tiene una unidad feto-placentaria pero está localizada fuera del útero.
Algunos de los mecanismos que diferencian a la mujer de los animales domésticos son:
- En la mujer, no se requiere la presencia del embrión en el útero para la secreción de progesterona lutea.
- El embrión humano es capaz de sobrevivir tanto en los oviductos como en el útero.
- La placenta es hemocorial y la implantación es invasiva.
Todos estos caracteres no se encuentran simultáneamente en ningún animal doméstico [126] y por lo tanto una gestación ectópica primaria por lo general no es posible en la mayoría de los animales domésticos incluyendo al búfalo. Sin embargo, se ha informado sobre la ruptura accidental del útero dando lugar a una gestación ectópica en la vaca [127]. Los signos clínicos de stress, ultrasonografía, peritoneoscopía y otras técnicas se emplean comúnmente en humanos para el diagnóstico de embarazos ectópicos, pero como no se ha encontrado una gestación ectópica verdadera en el búfalo, su diagnóstico prenatal queda descartado. La laparohisterotomía de emergencia se practica de forma rutinaria en una gestación ectópica humana pero tales técnicas son rara vez requeridas en el búfalo.
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1. Purohit GN, Gaur M. Etiology, antenatal diagnosis and therapy of fetal complications of gestation in large and small domestic ruminants. Theriogenology Insight 2011; 1:45-63.
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Department of Veterinary Gynecology and Obstetrics, College of Veterinary and Animal Science, Rajasthan University of Veterinary and Animal Sciences, Bikaner Rajasthan India.
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