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Aplicación reproductiva de la ecografía en la búfala (Bubalus bubalis)
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La ecografía reproductiva (ER) ha sido utilizada con éxito en la reproducción animal durante las últimas tres décadas [1-3]. Esta herramienta surgió como una técnica precisa, no invasiva y confiable para el diagnóstico precoz de la gestación en la búfala [4 - 6] y para dilucidar los patrones de desarrollo folicular [7-9]. La ER ha ganado popularidad en la reproducción de búfalos durante los últimos años, ya que tiene muchas aplicaciones clínicas y de investigación, como la evaluación de la función ovárica y el desarrollo del CL [10-12], el desarrollo fetal y el sexado fetal [13,14], la involución uterina [15,16], la evaluación de patologías genitales [17] y mortalidad embrionaria durante la gestación temprana [18,19]. Los conocimientos adquiridos a través de ER sobre los eventos reproductivos en búfalas han estimulado su uso para su aplicación en técnicas reproductivas más avanzadas como el seguimiento de la superovulación [20], la selección de óvulos guiada por ecografía transvaginal de donantes vivas para la fertilización in vitro [21-24], y monitoreo de la fertilidad durante la inseminación artificial y los programas de sincronización del estro [25-27]. En este capítulo se documentan los conceptos básicos de la ecografía reproductiva, las indicaciones comunes para el uso de ER y las características de diagnóstico de ER y se presentan los sonogramas para su comprensión.
1. Conceptos básicos
El ultrasonido cubre el espectro de frecuencias de sonido que exceden los 20,000 ciclos / segundo, que es la frecuencia máxima percibida por el oído humano. Las ondas de sonido van a los tejidos y son reflejadas de regreso al transductor (cristales). La relación de ondas reflejadas o eco se recibe y se convierte en impulsos eléctricos, se procesa y se muestra a través de un osciloscopio y un tubo de rayos catódicos según el tipo de máquina de ultrasonido utilizada [28-31].
La imagen acústica o eco alineado depende de la propiedad de reflexión de las ondas en los tejidos junto con la posición del haz ultrasónico. El rayo ultrasónico hace vibrar las moléculas de los tejidos; los ultrasonidos deben superar una resistencia específica llamada impedancia acústica. La impedancia acústica se puede estimar multiplicando la densidad del tejido por la velocidad de propagación del sonido, la velocidad media de los tejidos blandos es de 1,540 m segundo. El límite entre dos tejidos de diferente impedancia se denomina interfaz acústica. La capacidad en la propagación del sonido depende de la distancia entre moléculas, si las moléculas están tan cerca unas de otras o si hay una mayor cantidad de moléculas por unidad de volumen, entonces el sonido se transmite más rápido. Cada representación de los ecos que regresan se graba en un monitor de vídeo, de manera que la imagen obtenida pueda ser interpretada por el clínico [28,29,32,33].
1.1 Tipos de ecografía
- Modo B en tiempo real:
Una presentación ecográfica de diagnóstico bidimensional de interfaces que producen eco; la intensidad del eco está representada por la modulación del brillo (B) del punto, y la posición del eco se determina a partir de la posición angular del transductor y el tiempo de tránsito del pulso acústico y su eco. La ecografía en modo B proporciona mucha información en un corto período de tiempo, lo que permite un diagnóstico anatómico dinámico. Una imagen bidimensional en una serie de imágenes en acción que se genera para ser producidas rápidamente, da una idea del análisis de la estructura del movimiento en tiempo real. Las señales se transmiten, reciben y procesan repetidamente, por lo que continuamente se tiene una imagen actualizada del órgano. Este es el método más utilizado para el examen del tracto reproductivo del ganado vacuno y otros animales grandes, incluido el búfalo de agua [28,29,34,35].
- Modo- A:
El llamado modo de amplitud produce una visualización unidimensional de amplitudes de eco para varias profundidades, representada como un gráfico de líneas donde los ejes son amplitud y profundidad. El uso principal del modo A es evaluar las porciones grasas y magras de los animales de carne. Aunque el modo A también se ha utilizado para el diagnóstico de gestación, el modo B en tiempo real es el más popular para este propósito [28-30].
- Modo- M:
El modo de movimiento es una adaptación del modo B y se utiliza para evaluar estructuras en movimiento como el corazón. El cambio en la profundidad del reflector en diferentes momentos se muestra como un gráfico lineal simple donde los ejes son la profundidad y el tiempo [28-30].
- Doppler:
Los sistemas Doppler utilizan el movimiento de la sangre hacia, alejándose o en ángulo con el transductor para construir deslumbrantes imágenes multicolores de patrones de flujo (rojo = hacia el transductor; azul = lejos del transductor): el Doppler es útil para evaluar el flujo sanguíneo del feto, la formación del cuerpo lúteo, seguimiento de la ovulación, entre otras características clínicas [28,29,36-38].
1.2 Tipos de transductores
Transductor se refiere a cualquier dispositivo que convierte energía de una forma a otra. Los transductores ultrasónicos convierten la energía eléctrica en energía mecánica para la producción de ondas ultrasónicas y también convierten la energía acústica de los ecos en energía eléctrica. Hay tres tipos de matrices [28-30].
-Matriz lineal:
Las matrices lineales se refieren a la disposición lado a lado de los cristales eléctricos rectangulares a lo largo del transductor. El campo de examen y la imagen bidimensional se observan en la pantalla en forma de rectángulo. El campo rectangular de una exploración de matriz lineal transrectal está orientado longitudinalmente con respecto al animal. La mayoría de los escáneres de ultrasonido utilizados para el examen rectal del tracto reproductivo de animales grandes utilizan sistemas de matriz lineal secuencial (Fig. 1A).
- Matriz de sector (sectorial):
Se refiere al campo de examen e imagen en forma de pastel. Los transductores sectoriales son útiles para proyectar haces a través de aberturas estrechas, como el espacio entre nervios. El rayo entra en los tejidos a través de una pequeña ventana y luego se extiende.
- Convexo:
Los convexos son conjuntos curvos que se han introducido para producir un campo similar de sector con una resolución similar a la del conjunto lineal. Los transductores convexos son muy útiles para la obtención de imágenes trans-abdominales en animales pequeños o pequeños rumiantes, y para la aspiración transvaginal de ovocitos en animales grandes (Fig. 1B).
Figura 1. Representación del haz de ultrasonidos. Panel A. Matriz lineal y Panel 1B. Matriz convexa.
Las mejoras en la fabricación han permitido el desarrollo de cristales transductores con un amplio espectro de frecuencias; una sonda de banda ancha podría ofrecer la opción de seleccionar frecuencias de 2,0 a 10 MHz. Típicamente, los transductores sectoriales y convexos requieren frecuencias de 2.0-6.0 MHz, mientras que las sondas lineales requieren frecuencias entre 5.0-10 MHz.
2. Examen ecográfico del tracto reproductivo no gestante
2.1. Anatomía reproductiva
Las búfalas de agua son consideradas como especies poliéstricas estacionales, mono-ovulatorias, especies con servicios en días cortos. Exhiben una variación bastante estacional en la exhibición de estro, concepción y tasas de parto. Aunque su anatomía y fisiología reproductiva se asemeja a la del bovino, es importante señalar algunas diferencias para lograr una mejor comprensión.
2.1.1 Útero
Los genitales tubulares de la búfala son generalmente más musculosos y firmes, los cuernos uterinos son más enrollados que los de la vaca. El cuerpo del útero es mucho más corto (1-2 cm) que el de la vaca (2-4 cm). El cérvix de la búfala de agua es más pequeño que el de la vaca (longitud 3-10 cm, diámetro 1.5-6.0 cm) y su canal es más tortuoso. El número promedio de pliegues cervicales en la búfala de agua es de tres (Fig. 2) [39]. Adicionalmente, el ligamento ancho parece más corto y tenso en comparación con el de la vaca, lo cual hace que en algunos casos sea difícil retraerlos totalmente y exponer los cuernos uterinos durante los exámenes rectales de rutina en las búfalas no gestantes.
Figura 2. Imagen de una ecografía longitudinal del cérvix de un búfala. Las flechas señalan los anillos cervicales.
2.1.2 Anatomía ovárica
La gónada de la búfala es más pequeña en tamaño y más ligera en comparación con la del bovino doméstico (2.5 cm vs. 3.7 cm de largo; 3.9 g vs. 8.5 g de peso respectivamente) [40]. También se ha descrito el aspecto morfológico del CL [10], se ha observado que el CL está profundamente incrustado en el estroma ovárico y es más pequeño que el CL en el ganado [41,42]. La ecografía diagnóstica permite la evaluación de los cambios morfológicos del útero durante el ciclo estral [11], la involución uterina posparto [11,15,16,43,44], la evaluación de la biometría ovárica [11], así como las condiciones patológicas de la hembra gestante [17]. Es importante enfatizar que para realizar correctamente los exámenes ecográficos, el veterinario debe tener buenas habilidades clínicas para realizar exámenes rectales para poder identificar correctamente las estructuras reproductivas. Inicialmente, se debe realizar un examen rectal de rutina para identificar todos los órganos reproductores. El examinador debe evacuar por completo el recto e introducir el transductor lubricado a través del recto. La orientación del transductor debe ser longitudinal, en la dirección del útero. El transductor debe moverse lentamente hacia la vagina craneal, luego hacia el cuello uterino, los cuernos uterinos y, finalmente, el examinador dirigirá el transductor lateralmente para llegar a los ovarios.
Para el examen del tracto reproductivo, el transductor debe colocarse dorsal a las estructuras (Fig. 3A). El cérvix, cuerpo y cuernos uterinos pueden observarse en el monitor en una sección transversal longitudinal o transversal, según la posición del transductor (Fig. 3A, Fig. 3B y Fig. 4). Durante el examen del útero es importante minimizar la distancia entre el transductor y las estructuras examinadas, esto requiere aplicar una presión suave con el transductor sobre el útero para obtener la mejor imagen posible y minimizar el trauma de la mucosa rectal.
Figura 3. Vista longitudinal del útero de una búfala no gestante, la flecha pequeña muestra la curvatura dorsal del útero. 3B imagen en sección transversal de un útero no gestante, las flechas muestran secciones sagitales del cuerno uterino.
Figura 4. Imagen de corte transversal de un cuerno uterino de una búfala durante el proestro, es posible visualizar el grosor del endometrio y la luz del útero mostrando algo de líquido no ecogénico. También se muestra un folículo ovárico <8 mm de diámetro (transductor lineal de 6,5 MHz).
2.2. Evaluación del útero
Con el fin de caracterizar adecuadamente las imágenes obtenidas, se ha sugerido dividir el cuerno uterino en cuatro a cinco segmentos para poder describir la ubicación de un embrión o de un cambio específico que pueda sugerir enfermedad dentro de un área específica cuando se observa una sección longitudinal del útero (Fig. 3A). Si el transductor se coloca alejado del eje longitudinal, la imagen obtenida mostrará diferentes secciones transversales del cuerno uterino (Fig. 3B).
Los cambios fisiológicos se evalúan en función de parámetros como la ecogenicidad, la vascularización y el edema de la pared uterina, así como la acumulación de líquido en el lumen del cuerno uterino. La ecogenicidad de la pared uterina aumenta durante el estro debido al aumento del tono uterino. La vascularización y el edema se caracterizan por ser áreas no ecogénicas dentro de la pared uterina y denotan el día del ciclo estral dominado por estrógenos. Ocasionalmente, se pudo observar una acumulación fisiológica de líquido en la luz uterina durante el estro en las búfalas (Fig. 4) [11], como también se observó en el ganado [45,46]. Las condiciones patológicas del útero se tratarán más adelante en este manuscrito.
2.3. Evaluación de los ovarios
Para un correcto examen del ovario por ecografía, es importante resaltar que el transductor debe estar ubicado en estrecho contacto con el ovario para evitar artefactos debido a la pequeña área de contacto, que deja la mayor parte del transductor libre o en contacto con otros tejidos. Para obtener imágenes de buena calidad es necesario que el clínico efectúe la manipulación adecuada del ovario para diferenciar correctamente las estructuras presentes en determinado momento.
La imagen de un folículo observada en la pantalla se caracteriza por su forma redonda, comúnmente menor de 8 mm, que contiene un líquido no ecogénico rodeado por una fina pared ecogénica (Fig. 5A). Por otro lado, el cuerpo lúteo (CL) se ve típicamente como una estructura ecogénica (el CL aparece como una estructura gris en la imagen) que varía en tamaño de 13 a 16 mm de diámetro en su estado maduro dependiendo del día del ciclo estral (Fig. 5B). Como se mencionó anteriormente, los CL en búfalos son más pequeños en comparación con los del ganado vacuno [42] y no tienden a sobresalir del parénquima ovárico, lo que dificulta su identificación positiva durante el examen rectal. El tamaño y la presencia de un CL son importantes para evaluar la ciclicidad del animal y, por lo tanto, para iniciar protocolos de sincronización del estro, tratamientos de transferencia de embriones, transferencia de embriones a las receptoras o para diagnosticar condiciones anovulatorias y anestro verdadero.
Figura 5. Ecografía de dos ovarios de búfalo. A. Imagen de un folículo dominante (DF) de 8 mm, que también muestra un conjunto de folículos en crecimiento <3 mm de diámetro (flechas blancas), observe los folículos llenos de líquido no ecogénico. Figura 5B. Las flechas muestran un cuerpo lúteo (CL), observe la textura ecogénica del ovario (transductor lineal de 7,5 MHz).
Aunque el examen por ultrasonido es más sensible que el examen rectal para detectar CL y folículos, es importante tener en cuenta que una sola evaluación ecográfica del ovario no proporciona un diagnóstico definitivo sobre qué estructura (folicular o lútea) domina en el momento del examen, y obviamente, es importante analizar en detalle tanto los ovarios como la historia individual del animal. La Tabla 1 resume cierta información relevante con respecto a la foliculogénesis en búfalas de agua.
Tabla 1. Dinámicas del folículo ovárico durante el ciclo estral en las búfalas de agua, durante la estación fértil | ||
Parámetro | Búfala de Agua (2n=50) | |
Promedio ± SEM | Rango | |
Datos foliculares | ||
Número de olas foliculares | - | 1-3 |
Intervalo interovulatorio (días) | 21 ± 1.6 | 20-23 |
Diámetro del FO (mm) | 15.15 ± 0.43 | 12.8 -17.0 |
Diámetro del FD (mm) | 11.76 ± 1.03 | 10.45-12.5 |
FS (subordinado) (mm) | 10.03 ± 0.31 | 7.53-13.77 |
Diámetro de la desviación folicular (mm) | 7.5 ± 0.2 | - |
Tasas de crecimiento folicular | ||
Tasa de crecimiento FO/día (mm) | 0.95 ± 0.01 | - |
Tasa de crecimiento FD/día (mm) | 0.67 ± 0.43 | - |
Tasa de crecimiento FS/día (mm) | 0.1 ± 0.31 | - |
Cuerpo Lúteo | ||
Volumen CL (mm3) | 1502.1 ± 250.9 | 250.8 - 2629.6 |
Diámetro CL (mm) | 13.7 ± 0.68 | 7.8-17.1 |
Período de vida del CL (días) | 15.2 ± 0.48 | 14-16 |
Los datos son promedios +/- SEM; FO= Folículo ovulatorio; FD= Folículo Dominante; FS = secundarios subordinados; CL= Cuerpo Lúteo (Adaptado de Zambrano-Varón, 2007) [56]. |
2.4. Ciclo estral y dinámicas foliculares
Las búfalas de agua son poliéstricas estacionales con un ciclo de duración promedio de 21 días (rango 17-24), y una duración promedio del estro de 18 h (promedio 5-36h) [42]. En comparación con el bovino, el comportamiento del estro en la búfala de agua es más sutil y el comportamiento homosexual de monta no es común. Los signos secundarios tales como la inflamación de la vulva, enrojecimiento de la mucosa vulvar y micción frecuente no son indicadores fiables de estro [47]. Por lo general, la ovulación ocurre 30 h después del inicio del estro (rango 18 a 45 h). Se ha estimado que el intervalo desde el final del estro hasta la ovulación varía de 10 a 24 h [48-50]. En la búfala Murrah se estimó que la ovulación se produjo a las 42,2 ± 2,8 h con un intervalo de 28 a 60 h después del inicio del estro espontáneo y el diámetro de un folículo ovulatorio es de aproximadamente 15,5 ± 1,6 mm [51]. Además, la desviación folicular o la selección del folículo dominante (momento en el que se produce una desviación en la tasa de crecimiento entre el folículo dominante y el subordinado más grande) ocurrió 2.6 ± 0.2 d después de la ovulación, cuando el folículo dominante y el folículo subordinado más grande alcanzaron 7,2 ± 0,3 y 6,4 ± 0,3 mm respectivamente [52]. Aunque las ovulaciones dobles son raras [42,47], se informó que se produce un pico de LH doble consecutivo, generalmente acompañado de una ovulación doble [53]. En el caso de una ovulación doble seguida de gestación, los ovocitos fertilizados provienen aparentemente de la última ovulación [54]. El diámetro del CL maduro varía de 10 a 15 mm y la papila de ovulación o corona del CL no sobresale mucho más allá de la superficie del ovario, lo que dificulta su identificación por palpación rectal. Tal como se observó en el ganado, el crecimiento folicular en las búfalas se produjo en olas [51]. Los ciclos de dos olas fueron los más comunes (63,3%) seguidos de los ciclos de tres olas (33,3%) y un ciclo de una sola ola (3,3%). El número de olas influyó en la duración de la fase lútea y el ciclo estral [51]. Algunos informes han documentado el patrón de una ola del desarrollo folicular y han sugerido que tal patrón puede ser común en B. bubalis [55,56].
El estudio ecográfico de la dinámica folicular ha permitido identificar patrones de crecimiento y desarrollo folicular a lo largo del ciclo estral en búfalas de agua, lo que ha sido útil para identificar de una a tres olas de desarrollo folicular. Al final del ciclo estral, la última ola dará como resultado la ovulación del último folículo dominante. Cada ola folicular dura alrededor de 11-12 días, período en el que los folículos presentan una etapa de reclutamiento, seguida de una selección de un folículo que se vuelve dominante y que provoca atresia (regresión) de los demás folículos presentes en la cohorte en ese momento. Los animales con tres olas foliculares suelen tener ciclos más largos que los de dos olas (Tabla 1) [56].
El conocimiento de los patrones foliculares y la foliculogénesis es necesario para implementar con éxito los protocolos de sincronización del celo y superovulación, así como para diagnosticar condiciones anovulatorias y anestro en las búfalas.
2.5. Diagnóstico de desórdenes ováricos
Entre otras aplicaciones del RUS, se ha informado el diagnóstico de condiciones anovulatorias en búfalas de agua [57]. Los quistes ováricos probablemente no se observan con tanta frecuencia en las búfalas como en el ganado lechero, sin embargo, todavía pueden observarse [57]. Diferentes estudios revelaron una prevalencia de ovarios quísticos entre el 0,4 y el 2,8% [58,59]. Los quistes ováricos son estructuras anovulatorias, simples o múltiples mayores de 25 mm de diámetro (Fig. 6) en ausencia de un CL que altere la ciclicidad ovárica y por tanto la fertilidad bubalina. Además, el RUS es útil para evaluar el fallo ovulatorio o determinar con fines terapéuticos si el quiste folicular ovárico es folicular o lúteo. Los casos crónicos pueden llevar a la acumulación de líquidos en el útero (mucometra) (Fig. 6).
Figura 6. Quiste ovárico folicular (FC) UB: Vejiga urinaria. UH Cuerno uterino mostrando acumulación de líquido en la luz uterina (mucometra).
Otras condiciones anovulatorias también pueden ser evaluadas por RUS. También puede determinarse el crecimiento folicular durante el anestro. Sin embargo, es necesario implementar un seguimiento adecuado para monitorear la persistencia de las estructuras anovulatorias en el tiempo. Además se ha informado previamente de la aparición de quistes hemorrágicos unilaterales o bilaterales (fig. 7) [60].
Figura 7. Ecografía de un quiste folicular de 35 mm de diámetro. A. La cavidad está totalmente llena de líquido. Puede observarse también la luteinización parcial de la pared folicular (3 mm) (transductor lineal de 5.0 MHz).
Los quistes paraováricos (POC) son restos de los conductos mesonéfricos que se encuentran ocasionalmente alrededor del ovario y los oviductos, unidos a los ligamentos anchos tanto en vacas como en búfalas [61]. Los POC podrían ser un hallazgo incidental en el momento del sacrificio. Estos quistes pueden variar en tamaño de 1 a 5 cm de diámetro y generalmente son de forma redonda u ovalada con una cavidad central no ecogénica llena de líquido. Además, los POC a veces se pueden diagnosticar erróneamente como quistes foliculares durante un examen de palpación rectal debido a su proximidad al ovario (Fig. 8). Se ha informado que la prevalencia de esta condición varía entre el 0,4 y el 13,0% [62].
Figura 8. Imagen ecográfica de un quiste paraovárico (POC) de un tamaño de 30x35x30 mm. En la imagen, el ovario puede observarse también a la derecha (OV) como un folículo (F) de 5 mm (la línea punteada corresponde a una longitud de 10 mm).
Los enfoques de diagnóstico para la disfunción ovárica y las patologías ováricas incluyen la palpación transrectal y la ecografía transrectal [57]. Debido al pequeño tamaño de los ovarios y por tanto de las estructuras ováricas, el RUS se ha convertido en una herramienta adecuada para mejorar la eficacia del diagnóstico de las afecciones ováricas que afectan a las búfalas. Además, la estimación precisa del momento de la ovulación por ecografía ha dado como resultado una alta tasa de gestación después de la sincronización del estro en la búfala.
2.6 Diagnóstico de las patologías uterinas
La ecografía del útero es uno de los métodos más rápidos, precisos y menos invasivos para evaluar la salud uterina posparto [1,46,63]. Los criterios para la evaluación de las afecciones inflamatorias del útero pueden incluir: 1) espesor de la pared uterina, 2) detección de líquido en la luz uterina, 3) cambios en las secreciones vaginales evaluadas por vaginoscopia. El último criterio ha sido aceptado como la prueba más confiable en vacas lecheras; sin embargo, esto no se realiza de forma rutinaria en bovinos de carne o búfalos.
La involución normal del útero en el posparto también puede evaluarse tanto por palpación rectal como por ecografía (Fig. 9A). Las evaluaciones ecográficas revelaron que la involución uterina se completa entre los días 22 y 31 [15,16]. Las principales condiciones patológicas del útero que pueden diagnosticarse empleando la ecografía son los desórdenes inflamatorios [17]. Estos incluyen la metritis puerperal y clínica, endometritis clínica, piometra y mucometra [17], como también se observa en el bovino [1,63-65]. Las definiciones de estas afecciones uterinas posparto en búfalas [66] se han abordado y extrapolado de vacas [67] y son útiles para orientar tanto el diagnóstico clínico como el tratamiento.
Figura 9A. Sección longitudinal de la involución normal del útero de una búfala en el Día 15 posparto, Puede observarse un edema ligero representado por pequeñas áreas no ecogénicas dentro del cuerno uterino (flechas). Figura 9B. Imagen de un útero de búfala a los 5 días postparto con retención de las membranas fetales, lo que sugiere metritis puerperal. Una carúncula uterina (derecha) rodeada por líquido hiperecoico hacia la luz uterina es indicativa de metritis puerperal.
El diagnóstico de metritis puerperal aguda generalmente está reservado para los primeros 10-15 días de lactancia, aunque todavía puede presentarse hasta 21 días postparto [67]. La confirmación ecográfica no es necesaria en casos de metritis puerperal aguda si la hembra presenta signos clínicos (secreción uterina fétida acuosa de color marrón rojizo, con signos de enfermedad sistémica, endotoxemia y fiebre). El examen ecográfico de la metritis clínica suele mostrar una pared uterina gruesa, acumulación de líquido en la luz con diversos grados de ecogenicidad y, por lo general, contiene restos hiperecogénicos (Fig. 9B). Las búfalas no están enfermas sistémicamente pero tienen un útero anormalmente agrandado y una descarga uterina purulenta detectable en la vagina dentro de los 21 días postparto.
La endometritis es una patología relativamente frecuente en la búfala durante el posparto con una prevalencia del 8.9% informada [58]. La endometritis reduce el comportamiento reproductivo de vacas y búfalas; por lo tanto, el tener un mejor diagnóstico temprano es esencial para reducir las pérdidas económicas. El diagnóstico de endometritis por palpación rectal y finalmente mediante la observación de una descarga vaginal, si está presente, es la rutina clínica más consistente. El espéculo vaginal mejora la precisión para detectar la endometritis. No obstante, el diagnóstico de endometritis clínica y subclínica en la búfala se realiza utilizando diferentes técnicas incluyendo el examen rectal [62], vaginoscopia [68], citología endometrial [69], histeroscopia y ecografía [64,67,70,71].
La endometritis clínica se caracteriza por la presencia de descarga uterina purulenta detectable en la vagina a los 21 días o más después del parto. En ausencia de descarga purulenta, también puede diagnosticarse como endometritis clínica a una hembra con acumulación de contenido anormal en el útero. El piometra se define como la acumulación de material purulento dentro del lumen uterino en presencia de un CL persistente y un cérvix cerrado [66]. El examen ecográfico de esta condición muestra una acumulación variable de líquido purulento que no tiene una ecogenicidad uniforme, con presencia de partículas hiperecogénicas [72].
El RUS se emplea para evaluar el útero; el grado de ecogenicidad del líquido intrauterino sugiere la presencia de material contaminado. El líquido uterino puede variar de no ecogénico (Fig. 10A) a ecogénico, según los diferentes grados de moco o la presencia de material purulento. Como principio general, a medida que se incrementa el nivel de ecogenicidad del líquido uterino, también aumenta la gravedad de la endometritis (piometra) (Fig. 10B). También, cuando la pared uterina está comprometida (metritis) se vuelve más ecogénica. Debe realizarse un diagnóstico mejorado de la endometritis clínica y subclínica mediante citología endometrial o biopsia endometrial [69].
Figura 10A. Sección transversal del útero de una búfala no gestante con una acumulación de líquido no ecogénico (mucometra). Figura 10B. El líquido uterino tiene apariencia hiperecogénica (piometra). Además, el endometrio muestra incremento de la ecogenicidad y grosor.
3.- Programas de transferencia de embriones y ovulaciones múltiples
Las técnicas de transferencia de embriones en la búfala de agua se derivaron de las del bovino [73]. A principios de la década de 1980, se probaron diferentes tratamientos y fuentes de gonadotropinas para determinar su capacidad para inducir la superovulación en búfalas. Independientemente de la fuente de gonadotropina y su dosis, la tasa de éxito ha sido mucho menor en búfalos que en bovinos. El escaso éxito se ha atribuido a la menor fertilidad inherente a la búfala y la mala respuesta superovulatoria a las gonadotropinas [74].
Los objetivos de la superovulación incluyen la inducción de un elevado número de ovulaciones y la consiguiente alta tasa de fecundación de los ovocitos derivados de estas ovulaciones, garantizando al mismo tiempo un entorno fisiológico normal en el tracto reproductivo para el desarrollo del embrión. Un factor importante que limita el uso extensivo de la transferencia de embriones en búfalos es la imprevisibilidad de la respuesta superovulatoria que ha llevado a bajas tasas de recuperación de embriones. En un estudio comparativo en el que se administraron dos fuentes comerciales de hormona estimulante del folículo (FSH) a diferentes niveles de dosis, el número de embriones transferibles recuperados totales varió entre 0,15 y 2,27 por búfala [75], que es mucho más bajo que el número promedio de embriones recuperados en bovinos [76,77].
Aunque la producción in vivo de embriones de búfalo en los programas de transferencia de embriones de ovulación múltiple (MOET) sigue siendo baja, el RUS se ha utilizado con éxito para estudiar la respuesta a los tratamientos superovulatorios [20,44], las tasas estimadas de ovulación y recuperación embrionaria y para determinar problemas de foliculogénesis después de estimulaciones con gonadotropinas (Tabla 2). Se lograron avances significativos después de la introducción de la ecografía para evaluar la foliculogénesis [8,78].
Estos estudios ayudaron a entender mejor la dinámica de crecimiento, la diferenciación y maduración de los folículos ováricos durante el ciclo estral, con el objetivo de mejorar los protocolos de superovulación y, por lo tanto, incrementar la aplicación de la transferencia de embriones en la búfala [79]. La presencia de un folículo dominante al inicio de la superovulación reduce la respuesta superovulatoria posterior y el número de embriones recuperados [20]. Por tanto, la evaluación ecográfica de las estructuras ováricas antes del inicio de la superovulación puede ser un enfoque útil. La Tabla 2 presenta los resultados de un estudio realizado para evaluar las respuestas superovulatorias de las búfalas [80].
Tabla 2. Respuesta superovulatoria y tasas de transferencia de embriones en las búfalas | |
Parámetro | Promedio ± SEM |
Número de animales | 12 |
Número de folículos (≥ 0.8 cm) el día del estro | 17.2 ± 5.4 |
Número de ovulaciones (CL/folículo ≥ 0.8 cm el día del estro) | 9.2 ± 3.8 |
Tasa ovulatoria (%) | 53.1 |
Número total de huevos y embriones | 3.2 ± 2.5 |
Embryo recovery rate /CL (%) | 35.4 |
Número de embriones transferibles | 2.9 ± 2.5 |
Fuente: Baruselli, et al. 1999 [80] |
A través de los estudios endocrinos y ecográficos se ha determinado que las búfalas son capaces de responder a la estimulación de los ovarios con gonadotropinas. Sin embargo, o no ovulan o hay una falla en el transporte de los ovocitos fertilizados al útero. La Figura 11 muestra la respuesta de una búfala durante un protocolo superovulatorio con FSH. Se muestra una comparación entre el día 2 vs el día 5 del tratamiento en el mismo animal. El Panel 11A muestra un CL en el ovario derecho y al menos 10 folículos < 5 mm entre los dos ovarios. El efecto en de la FSH sobre el desarrollo y crecimiento folicular puede observarse en el Panel 11B, el CL ya no está presente debido al uso de prostaglandina F2 alfa en los días 3 y 4 del protocolo. También es posible observar un grupo de folículos grandes > 8 mm que ya han adquirido la capacidad ovulatoria y por lo tanto son elegibles para ser ovulados.
Figura 11A. Imágenes ecográficas de los ovarios de una búfala de agua superestimulada. Imagen 11A de los dos ovarios de una búfala en el Día dos del tratamiento superovulatorio con FSH; se muestra un CL (a) y un grupo de folículos < 5 mm de diámetro (b). 11B. Se efectuó un escaneado del mismo animal en el Día 5 después de iniciar el tratamiento de FSH, se observa un grupo de folículos entre 8-10 mm (b). Nótese el aumento de tamaño de los ovarios.
Es fundamental evaluar mediante ecografía la respuesta superovulatoria el día de la recolección del embrión (Día 5.5 después de la inseminación artificial). En la Figura 12A se muestra una respuesta bastante buena. Hay un aumento moderado del tamaño de ambos ovarios junto con la presencia de al menos doce CLs entre el ovario derecho e izquierdo. Desafortunadamente, este no es el comportamiento más común en búfalas; por lo tanto sin inducir la ovulación como parte del tratamiento superovulatorio, es común encontrar un solo CL con algunos folículos grandes > 10 mm de diámetro retenidos (Fig. 12B). En este caso, la respuesta superovulatoria es considerada mala y por lo tanto, la tasa de recolección de embriones será muy baja [81].
Figura 12A. Imagen ecográfica del ovario de una búfala con muy buena respuesta superovulatoria a las gonadotropinas, se observa un total de ocho CLs (a) en el ovario derecho, mientras que hay cuatro CLs en el ovario izquierdo. 12B. Imagen ecográfica del ovario de una búfala con mala respuesta superovulatoria a las gonadotropinas, el ovario derecho tiene dos folículos retenidos (b), mientras que el ovario izquierdo tiene un solo CL (a).
Aunque las búfalas pueden responder a los tratamientos superovulatorios, la tasa de recuperación de embriones aún permanece baja, por lo tanto, se han estudiado diferentes alternativas tales como la aspiración folicular guiada por ecografía y la fertilización in vitro.
4.- Aplicación de la ecografía en la producción de embriones in vitro en la especie bubalina
Como consecuencia de la baja eficiencia de los programas de superovulación y transferencia de embriones en búfalas, se ha incrementado el interés sobre las tecnologías para la producción de embriones in vitro (IVEP) en los últimos años. El método común de IVEP involucra el cultivo del ovocito, maduración y la fertilización in vitro (IVF), con pajillas de semen congelado y luego la incubación de los embriones clivados y cultivados resultantes hasta que se desarrollen en mórula o blastocistos, los cuales pueden ser transferidos no quirúrgicamente a las receptoras o criopreservados para su empleo posterior [82,83]. Sin embargo, la técnica produce pocos embriones viables en la búfala en comparación con el bovino [82,84] (Tabla 3).
Tabla 3. Eficiencia relativa de la combinación de los métodos IVEP-OPU | ||||
Parámetro | Transferencia de embriones | Aspiración folicular & IVEP | ||
Bovino | Bubalino | Bovino | Bubalino | |
Respuesta a MOET (%) | 88 | 55 | - | - |
Número de embriones por sesión | 4.4 | 1.7 | 0.8 | 0.22 |
Intervalo de sesiones (días) | 75 | 100 | 3-4 | 3-4 |
ET/75-100 días | 8.8 | 3.4 | 17 | 6 |
OPU/SOV (%) | - | - | +90 | +80 |
Embriones transferidos en un período de 180 días/vaca | 15 | 5 | 41 | 11 (1-37) |
IVEP: Producción de embriones In vitro. MOET: Transferencia de embriones de ovulaciones múltiples. ET: Transferencia de embriones, OPU (Aspiración Folicular Ovárica). SOV: Superovulación. Fuente: Gasparrini, 2002 [82]. |
4.1- Aspiración folicular guiada por ecografía
La combinación de la recuperación de ovocitos de los folículos mediante la aspiración folicular trasnsvaginal guiada por ecografía (OPU) y las técnicas de FIV se han convertido en mejores alternativas para superar las dificultades en la producción de embriones de búfalo [82,84]. Se ha informado de una aplicación exitosa de estas tecnologías combinadas de OPU / FIV en búfalos. Un estudio informó que el 18,3% de los ovocitos aspirados eventualmente se convirtieron en embriones transferibles; después de la transferencia no quirúrgica de estos embriones (n = 20), dos gestaciones establecidas se interrumpieron espontáneamente entre los 3-5 meses de gestación [85]. Otro estudio informó un promedio de 8 a 10 ovocitos recolectados por OPU con una producción promedio de dos embriones transferibles, pero este estudio no informó el resultado de la gestación [21].
Para realizar la OPU es necesario un equipo especial (Fig. 13) que permita la punción del ovario y al mismo tiempo la aspiración del contenido folicular. Esta técnica incluye el uso de una sonda convexa transvaginal (preferiblemente 5-7,5 MHz) que tiene una guía para sujetar una aguja de 18G unida a un sistema de bomba de vacío. Por lo general, el sistema requiere una presión negativa de 60-70 mm Hg para aspirar los ovocitos sin perder las células de la granulosa, esto es muy importante para lograr tasas de clivaje adecuadas. Además, el recto debe ser evacuado antes de realizar la anestesia epidural.
Figura 13. A. Bomba de vacío. B. Transductor convexo de 5,0 MHz provisto de una aguja 18G. C. Imagen de folículos ováricos de búfala (a) Folículos >8mm de diámetro, (b) un folículo de 3 mm de diámetro. D. Imagen de estructuras ováricas, (a) cuerpo lúteo (b) folículo de 3 mm de diámetro y (d) una vista en sección transversal del cuerno uterino.
Aunque se ha demostrado que la FIV es una tecnología viable para obtener y multiplicar reservas genéticas superiores, todavía existen algunas limitaciones, no solo con respecto al número relativamente bajo de embriones producidos por OPU/búfala, sino también limitaciones asociadas con la disponibilidad de las receptoras y las limitaciones reglamentarias sobre el comercio internacional de embriones frescos producidos por FIV [86].
5.- Examen ecográfico del tracto reproductivo gestante de una búfala
El RUS se ha utilizado ampliamente para el diagnóstico de gestación y la determinación del sexo fetal en diferentes especies [87,88]. Mediante el uso de RUS, se puede controlar el desarrollo y la viabilidad fetal y placentaria y se puede diagnosticar y confirmar la mortalidad embrionaria o fetal de manera temprana. Tradicionalmente, el diagnóstico de gestación en búfalos se ha realizado mediante un examen rectal del útero similar al del ganado; los resultados varían según la habilidad del médico.
5.1. Diagnóstico temprano de gestación
En general, a medida que progresa la gestación, el diagnóstico por examen rectal se hace más fácil; sin embargo, para incrementar la eficiencia reproductiva a nivel del hato, es importante una correcta identificación de los animales no gestantes, ya sean búfalas repetidoras o aquellas que han experimentado muerte embrionaria. El diagnóstico temprano de gestación por RUS puede detectar eficientemente a los animales problemáticos de manera temprana para facilitar la toma de decisiones de forma oportuna con el fin de minimizar las pérdidas económicas generadas por las bajas tasas de gestación, el aumento de los días abiertos y las bajas tasas de partos. El RUS es un método no invasivo que permite la detección de la gestación en búfalas alrededor del día 25-33 de gestación [89], a diferencia de la palpación transrectal que permite un diagnóstico temprano entre los 35-60 días dependiendo de las habilidades del veterinario [4,90]. No obstante, los resultados dependen del tipo de equipo utilizado, la calidad de la imagen y resolución, el tipo de transductor y la experiencia e interpretación del operador [91]. Los resultados también pueden verse influenciados por la edad del animal y el número de partos, facilitando el diagnóstico temprano en las novillas más que en las búfalas pluríparas.
Las imágenes de diagnóstico temprano de gestación por RUS, permiten la visualización de líquido no ecogénico en el lumen del cuerno uterino. El cuerno gestante debe ser simétrico y esférico, lo cual corresponde al líquido de la cavidad alantoidea (Fig. 14). La presencia de un embrión dentro de la cavidad confirma el diagnóstico, pero su viabilidad sólo puede confirmarse mediante la visualización del latido cardíaco (Fig. 15).
Figura 14. Imagen ecográfica de una gestación de 28 días de edad en una búfala de agua. Cuerpo Lúteo (CL), vejiga urinaria (UB) el cuerno uterino esférico y simétrico (UH) lleno de líquido amniótico (FA).
Figura 15. Imagen ecográfica de una gestación de 28 días en una búfala. Se ve la vesícula amniótica que contiene el embrión, y el líquido alantoideo. En esta etapa, es posible visualizar el latido cardíaco.
En general, se acepta que el RUS puede detectar el latido cardiaco fetal entre los días 25-28 de gestación en búfalas [5,92-94]. Uno de los errores más comunes en el diagnóstico temprano de gestación puede ocurrir cuando se interpreta la presencia de líquidos no ecogénicos contenidos en el útero como un signo positivo de gestación [64]. La Figura 14 muestra un ejemplo de esta situación donde el examinador puede ver líquido contenido en un órgano, en este caso es la vejiga urinaria (UB). Para evitar este tipo de confusión, se recomienda efectuar un examen sistémico del cuerno uterino en toda su longitud con especial énfasis sobre el cuerno uterino ipsilateral al cuerpo lúteo, hasta que se pueda visualizar el feto (Fig. 15). Las características ecográficas de la gestación en las búfalas han sido publicadas en otro lugar [4,95].
El empleo de la ecografía Doppler en la investigación de la reproducción animal es más reciente pero no menos importante, y varios estudios han demostrado la relación del flujo sanguíneo, la función ovárica y uterina a lo largo del ciclo estral y la gestación. La ecografía Doppler permite la caracterización y medición del flujo sanguíneo y puede utilizarse para hacer inferencias indirectas sobre la funcionalidad de los diferentes órganos. La ecografía Doppler es una técnica de ondas de pulso en tiempo real no invasiva que se utiliza para el estudio transrectal de la hemodinámica del sistema reproductivo en animales grandes. Esta técnica se basa en el principio del efecto Doppler que propone el cambio de frecuencia de una onda para un observador (glóbulos rojos) que se mueve con respecto a la fuente de la onda respectiva (transductor ultrasónico). Este método ha demostrado ser efectivo y útil para la evaluación del tracto reproductivo in vivo de diferentes especies aumentando los valores de diagnóstico, seguimiento y predicción del RUS. Sin embargo, una exploración ultrasónica precisa y veraz requiere el conocimiento de los principios de la ecografía Doppler [2,36,38]. Una aplicación para las búfalas es la evaluación de la viabilidad embrionaria temprana [96] (Fig. 16).
Figura 16. Ecografía Doppler a color de una búfala en el Día 30 de gestación. Se ha monitoreado el corazón y se ha evaluado la viabilidad del embrión.
El dato de referencia para evaluar la función y la perfusión de los tejidos útero-placentarios mediante la evaluación de los parámetros del flujo sanguíneo uterino están escasamente disponibles para las búfalas [97]. Esta podría ser una herramienta valiosa para determinar los cambios hemodinámicos durante la gestación, la ovulación y la formación del cuerpo lúteo y la foliculogénesis, entre otros. En algún momento, esta tecnología ayudará a los veterinarios a diagnosticar algunas condiciones patológicas que afectan el desempeño reproductivo de las especies bubalinas.
5.2. Evaluación del desarrollo fetal y la viabilidad fetal
La pérdida de gestación contribuye a la ineficiencia reproductiva porque la fertilidad evaluada en cualquier momento durante la gestación es una función tanto de la tasa de concepción como de la pérdida del gestación [98]. A medida que avanza la gestación, es posible observar cambios en el tamaño fetal y lógicamente en el diámetro del cuerno gestante. La Figura 17 muestra un embrión de 38 días escaneado con una sonda lineal con una frecuencia de 7,0 MHz. La vesícula amniótica puede visualizarse claramente. Cabe señalar que la apariencia de los líquidos uterinos en el curso de una gestación viable y saludable debe ser no ecogénica y libre de detritos celulares.
Figura 17. Ecografía de una búfala sana con una gestación de 38 días. Se muestra la vesícula amniótica, los líquidos uterinos y el feto.
La mortalidad embrionaria en las búfalas es considerada una de las principales causas de pérdida de la fertilidad [18,19] y parece ser especialmente problemática en las búfalas que no fueron servidas durante su temporada reproductiva. La prevalencia de la pérdida embrionaria en animales servidos por inseminación artificial (IA) fuera de la temporada de reproducción favorable es típicamente del 20 al 40% [18]. Además, en las búfalas servidas naturalmente, la prevalencia de muerte embrionaria es de aproximadamente el 20%, observándose una frecuencia más alta entre los 28 y 60 días de gestación [19,99]. RUS es una herramienta adecuada para el diagnóstico y evaluación de la mortalidad embrionaria en la búfala. La Figura 18 muestra una ecografía Doppler de una búfala gestante de 35 días presentada para diagnóstico de gestación. Además de la baja cantidad de líquido, la ausencia de latidos fue una confirmación de la muerte embrionaria. Un estudio previo que utilizó la ecografía Doppler a color empleó el flujo sanguíneo al CL como base para predecir la mortalidad embrionaria [96]. Las búfalas no gestantes en el Día 25 después de la IA mostraron valores de índice de resistencia y de pulsatilidad más altos en el CL comparados con los de las búfalas gestantes [100].
Figura 18. Ecografía Doppler del útero de una búfala gestante de 35 días. Este es un diagnóstico positivo de muerte embrionaria temprana. La cantidad reducida de líquido es evidente, la vesícula amniótica no se observa y el latido cardíaco fetal está ausente. UH: cuerno uterino.
Hay muchos casos en los cuales el examen rectal proporciona un diagnóstico positivo de gestación en base a signos tales como el deslizamiento de membranas y la palpación de la vesícula amniótica. Sin embargo, a veces es difícil para el clínico reconocer una gestación inviable si tales signos están presentes durante el examen (Fig. 19) y, por lo tanto, puede hacerse un diagnóstico falso positivo. RUS permite determinar la viabilidad de la gestación y el desarrollo normal del feto.
Figura 19. Examen ecográfico de una gestación de 53 días en una búfala gestante. Se muestra una vesícula amniótica vacía y también se observa un ligero cambio en la ecogenicidad del líquido amniótico. Este animal mostró signos positivos de gestación, aunque el feto no era viable.
RUS ha demostrado ser un método más sensible para evaluar el desarrollo fetal. Otras estructuras monitoreadas por evaluación ecográfica son la unión feto-placentaria; el engrosamiento del cotiledón uterino y fetal (placentomas) se puede observar mediante ecografía alrededor del Día 45-50. Sin embargo, se vuelven palpables durante el examen rectal después del Día 75 de gestación. Después del Día 60 es posible reconocer muchas partes fetales, así como el cordón umbilical y los placentomas, y se pueden observar cambios potenciales en la calidad de los líquidos alantoideo y amniótico (Fig.20, Fig.21, Fig.22 y Fig. 23). Un estudio reciente [101] evaluó la apariencia del grosor combinado del útero y la placenta (CTUP) desde los 2 meses hasta el término de la gestación en la búfala, lo cual puede emplearse para evaluar el desarrollo y función fetal. La CTUP aumentó mensualmente desde los 2,5 mm en el segundo mes hasta alcanzar los 12 mm a término.
Figura 20. Feto de búfala de 60 días. Se observan el tórax, las costillas y los pulmones así como la entrada del ombligo en el abdomen fetal y el abomaso fetal (estómago). Además, la vesícula amniótica también es visible.
La estimación de la edad fetal, el seguimiento del crecimiento y desarrollo fetal durante la gestación y el diagnóstico de trastornos de la gestación se pueden realizar mediante ecografía. Se han realizado estudios de fetometría ecográfica en vacas [65,88,102] y búfalas [103].
Figura 21. Feto de búfala de 120 días. Puede medirse en este momento la frecuencia cardíaca del feto. La evaluación del tórax fetal, los líquidos uterinos y el desarrollo de los placentomas son importantes para evaluar la viabilidad fetal.
La predicción de la edad gestacional mediante mediciones fetales ecográficas en búfalas podría proporcionar un medio relativamente fácil de observar muchos eventos de la gestación, ya sea con fines de investigación o por motivos de interés clínico, durante la investigación de la pérdida de la gestación y el aborto.
Figura 22A. Un feto de búfalo de 80 días, es fácil observar el cráneo, la órbita del globo ocular, las fosas nasales y la pata delantera derecha. La Figura 22 B muestra un feto de 150 días. El diámetro de la órbita podría usarse para evaluar la edad fetal.
Actualmente, el RUS está disponible a un costo relativamente bajo, mientras que la precisión depende de la experiencia clínica del operador y de los criterios de interpretación de la imagen. Los avances en medicina prenatal y neonatología basados en esta herramienta son promisorios para mejorar el diagnóstico de muchas afecciones que pueden afectar la viabilidad y el desarrollo fetal. Una limitación podría ser el aumento de tamaño del feto si el examen se realiza por vía transrectal. En cambio, es posible utilizar un transductor convexo o sectorial de 3,0-3,5 MHz para realizar un examen transabdominal de la placenta y el feto.
Figura 23A. Imagen ecográfica del cordón umbilical en el Día 150 de gestación de búfala. 23B. Vista ecográfica de una búfala gestante de 150 días. Las flechas muestran placentomas de diferentes tamaños.
5.3 Determinación del sexo fetal
Esta es una de las aplicaciones más atractivas del RUS, especialmente en granjas que manejan programas de inseminación de selección intensiva, transferencias de embriones, o con fines comerciales de comercialización de animales gestantes, donde se garantiza el sexo del ternero. Esta técnica, sin embargo, requiere un mayor rendimiento ya que la confiabilidad de los resultados depende de: la edad del feto, la capacidad para localizar y visualizar las estructuras fetales y el tipo de equipo utilizado. Se informa que la eficiencia del procedimiento puede alcanzar hasta el 97% si se realiza entre los 60-100 días de gestación [4,91].
El criterio más aceptado para determinar el sexo del feto es la posición del tubérculo genital (TG). El tubérculo genital es la estructura embrionaria que dará origen al pene y prepucio en el caso de los machos y la vulva y clítoris en el caso de las hembras (Figura 24). Antes del Día 55 de gestación, el TG está localizado entre los miembros posteriores en ambos sexos, sin embargo, el TG migra hacia el ombligo en el macho y hacia la cola en la hembra entre los 40-60 días de gestación [64,65].
Figura 24. Sitio anatómico del tubérculo genital. Vista de la ubicación del tubérculo genital en el macho cerca del ombligo (Panel A) y en la hembra debajo de la cola (Panel B). Tubérculo genital (GT), cordón umbilical (UC). Adaptado de Ginther (2004) [64].
Hay tres puntos de referencia anatómicos importantes para lograr una determinación de sexo eficiente; junto, estos permiten determinar la posición del feto: 1) la cabeza fetal, 2) el latido del corazón y 3) el cordón umbilical. Estas 3 estructuras son mucho más fáciles de reconocer que la parte posterior y las patas traseras cuando se trata de saber cuál es la posición del feto. Es aconsejable realizar una buena retracción del cuerno uterino para facilitar tanto la manipulación como la exploración ecográfica [104].
Una vez localizado el feto y definida su posición, es posible obtener diferentes imágenes dependiendo de la relación entre el feto y la posición del transductor: longitudinal (dorsal o ventral), lateral o transversal. La técnica consiste en escanear al feto con el transductor utilizando movimientos muy lentos para obtener mejores resultados, desde el cráneo en dirección caudal para identificar el tórax, el latido cardíaco, la cavidad abdominal, la región umbilical y caudalmente, la región perineal [105,106]. Se pueden utilizar frecuencias de 5,0 a 8,0 MHz para la determinación del sexo en fetos bubalinos [94,95] así como en otras especies [104]. Siempre es recomendable utilizar frecuencias bajas ya que permiten observar al feto en toda su longitud lo que acelera el diagnóstico.
Los escáneres de ultrasonido que permiten un cambio de frecuencia utilizando el mismo transductor, permiten combinar estas dos opciones haciendo más eficiente el diagnóstico. Una vez que el feto está adecuadamente ubicado, la atención debe centrarse en el área del cordón umbilical. En el caso de los machos, el tubérculo genital puede reconocerse como una estructura hiperecogénica inmediatamente detrás del cordón umbilical en el punto de entrada al abdomen fetal (Fig. 25A y Fig. 25B).
Figura 25A. Imagen ecográfica de un feto de búfalo macho de 68 días. El ombligo entra en el abdomen fetal. La estructura hiperecogénica visualizada detrás del ombligo corresponde al tubérculo genital. También se muestran la pierna trasera derecha y los huesos de la pelvis fetal. Figura 25B. Ecografía de un feto de búfalo macho de 90 días, se muestran el cordón umbilical, el amnios, un placentoma y la imagen ecogénica del prepucio en un feto macho.
En el caso de las hembras, el tubérculo genital puede observarse en la región caudal cerca de la raíz de la cola. Es necesario diferenciar entre la imagen del tubérculo genital y la vértebra coccígea. Es importante enfatizar que si el tubérculo genital no se observa en la región umbilical, no necesariamente significa que se trata de un feto hembra. El médico debe completar el examen del feto para establecer la presencia o ausencia del tubérculo genital en la región coccígea. En cualquier caso, si el tubérculo genital se visualiza cerca de la cola, el examen debe repetirse en una fecha posterior para confirmar el diagnóstico.
Es importante hacer énfasis que si el tubérculo genital no se observa en la región umbilical, no necesariamente parezca que es un feto hembra. El clínico debe completar el examen del feto para establecer la presencia o ausencia del tubérculo genital en la región coccígea. En ambos casos, si se visualiza el tubérculo genital cerca a la cola, el examen debe repetirse en una fecha posterior para confirmar el diagnóstico.
En la Figura 26A, puede localizarse la cabeza del feto así como los miembros anteriores (FL), los miembros posteriores (RL) y el cordón umbilical (U). En este punto, la imagen de la Figura 26A no muestra el tubérculo genital detrás de la cola, lo que sugiere un diagnóstico de macho; sin embargo, es obligatorio visualizar el GT para que el diagnóstico sea preciso. La Figura 26 B muestra el mismo feto en una mejor posición que permite observar claramente la imagen del GT en la región caudal, confirmando el diagnóstico de feto hembra. La Figura 26 C muestra la imagen de un feto hembra en el Día 90 de gestación. Aquí es posible mostrar la diferencia entre la imagen obtenida de las vértebras coccígeas en la cola (T) y el tubérculo genital. En búfalos, la mejor ventana para la determinación del sexo fetal mediante ecografía transrectal se encontró entre la semana 10 y 18 de gestación [13] con una precisión general del 64% al 97% [13,14].
Figura 26A. Ecografía reproductiva de un feto bubalino para determinación de sexo en el Día 60 de gestación. 26 B y 26 C. Feto hembra en el Día 60 y 90 de gestación. Miembro posterior (RL), miembro anterior (FL), Tubérculo genital (GT), Ombligo (U), Cola (T).
Figura 27A. Imagen ecográfica de un feto hembra de 68 días. El tubérculo genital (GT) es visible en un escaneo seccional cruzado del feto a nivel de la cola como una estructura hiperecoica. Figura 27 B. Ecografía de un feto hembra de 90 días, se muestra en la parte de arriba el amnios y una serie de placentomas. Puede observarse debajo de la cola la imagen ecogénica de la vulva fetal.
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1. Kähn W. Ultrasonography as a diagnostic tool in female animal reproduction. Anim Reprod Sci 1992; 28:1-10.
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